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Psicologia De La Mujer

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den a la mujer su plena participación en el mundo; pero cambiar<br />

esta situación requeriría una reorganización fundamental de<br />

nuestras instituciones y de la forma de conseguir poder en ellas.<br />

Es fácil diseñar horarios de trabajo que permitan a mujeres y<br />

hombres compartir el cuidado de los niños y participar plenamente<br />

en la vida de nuestro tiempo si lo desean. Pero poner esto<br />

en práctica para cualquier número grande de personas requeriría<br />

más cambios en las estructuras económicas y sociales de los que<br />

han podido conseguir otros grupos oprimidos. Requeriría que no<br />

nos preguntásemos cómo pueden las mujeres encajar en las<br />

instituciones tal como las han organizado los hombres, sino<br />

cómo deberían reorganizarse estas instituciones para poder incluirlas.<br />

Por ejemplo, a muchas mujeres aún se les pregunta:<br />

«¿Cómo te propones cuidar a tus hijos?» Se trata de un intento<br />

obvio de estructurar el conflicto en los viejos términos. <strong>La</strong><br />

pregunta es más bien: «Si nosotros, como comunidad humana,<br />

queremos tener hijos, ¿cómo se propone cuidarlos la sociedad?<br />

¿Cómo cuidarlos de forma que las mujeres no tengan que sufrir,<br />

o renunciar a otras formas de participación y poder? ¿Cómo se<br />

propone la sociedad organizarse de forma que los hombres se<br />

puedan beneficiar de una participación igualitaria en ello?» Obviamente,<br />

ninguno de estos cambios fundamentales se producirá<br />

sin oposición. Pero es muy importante definir las metas generales<br />

y partir de esta base en lugar de perderse en peleas sobre<br />

términos falsos.<br />

El hecho de que estos cambios tan necesarios parezcan aún<br />

tan lejanos y tan radicalmente diferentes pueden servir como<br />

fuente posible de desánimo. <strong>La</strong>s mujeres también encuentran<br />

difícil creer que tienen el derecho a pedir más. Estas demandas<br />

no son irracionales ni exageradas. Es importante preguntarse<br />

por qué la satisfacción de necesidades tan claras y obvias puede<br />

aún parecer pedir mucho. Es necesario reconsiderar algunas de<br />

las dimensiones más básicas del conflicto.

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