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El comienzo del cambio<br />
Otra mujer, Judy, refleja una forma más contemporánea de<br />
reaccionar ante una situación similar. Es más joven que Edith<br />
y, en principio, más consciente de sus necesidades. Quiere<br />
participar plenamente del desarrollo de sus hijos, pero también<br />
quiere sentir que su marido comparte su preocupación y entrega,<br />
que se ocupa tanto de ellos y ella como ella de él. Además<br />
quiere desarrollar sus propios intereses; es consciente de su<br />
necesidad de desarrollar un sentido de sí misma basado en sus<br />
propias necesidades y capacidades, no en las de su marido.<br />
Reconoce que en su adolescencia todo el mundo la empujaba a<br />
concentrarse en establecer una relación con un hombre y casarse<br />
con él. En la sociedad de hoy en día es mucho más capaz que<br />
Edith de comentar las primeras experiencias de su matrimonio.<br />
Esta capacidad de articular el problema es una gran ayuda en sí<br />
misma. Le evita la necesidad de interrogarse ciegamente sobre<br />
qué está pasando, y le impide sentir que «algo debe de ir mal en<br />
mí». Pero no basta.<br />
Su marido, Will, obrero especializado, comprende intelectualmente<br />
parte de la situación. Reconoce que las estrecheces<br />
que se le imponen a Judy son injustas, y afirma que en una<br />
sociedad más justa le pagarían lo mismo por hacer el mismo<br />
trabajo. (Podría añadir que tal vez un día la animasen igual a<br />
hacerlo.) Mientras tanto, sin embargo, no puede plantearse<br />
dejar la seguridad que ha adquirido en su trabajo o parte del<br />
salario que recibe, para dedicarse a compartir la responsabilidad<br />
de los niños. <strong>La</strong> cantidad que perdería es mayor que la que<br />
Judy podría ganar. Es más, no puede plantearse el cambio que<br />
una alteración en su estado laboral significaría para su imagen<br />
de sí mismo y su relación con «los chicos de la sección». No hay<br />
duda de que está entregado a Judy y los niños, pero se trata de<br />
una entrega estrictamente en «horas libres», no una consideración<br />
terminante de su vida cotidiana. <strong>La</strong> idea de perderlos, sin<br />
embargo, le llena de temor y desesperación.<br />
Esta historia ejemplifica el hecho de que es la mujer la que