Descargar Curso - Cooperativa de Provisión de Agua, Obras y ...
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Los conflictos sociales actuales en la práctica docente-Recursos comunicacionales para el abordaje cooperativo en la escuela<br />
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El otro tipo <strong>de</strong> complejidad es la dinámica: es aquella en que los elementos se relacionan<br />
unos con otros <strong>de</strong> muchas formas distintas, porque cada parte pue<strong>de</strong> tener diferentes estados, <strong>de</strong><br />
modo que unas cuantas partes pue<strong>de</strong>n combinarse <strong>de</strong> miles <strong>de</strong> formas diferentes. Resulta<br />
entonces erróneo basar la complejidad en el número <strong>de</strong> partes en lugar <strong>de</strong> en las posibles formas<br />
<strong>de</strong> combinarlas. No es necesariamente cierto que cuanto menor sea el número <strong>de</strong> partes, más<br />
fácil será manejarlas y compren<strong>de</strong>rlas. Todo <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong>l grado <strong>de</strong> complejidad dinámica.<br />
Una <strong>de</strong> las primeras lecciones <strong>de</strong>l pensamiento sistémico es saber si tratamos con una<br />
complejidad simple o dinámica, es <strong>de</strong>cir, un puzzle o una partida <strong>de</strong> ajedrez.<br />
Imaginemos, entonces, un sistema como una tela <strong>de</strong> araña en la que cada parte está<br />
conectada a muchas otras e influye sobre ellas. Cuantas más partes haya, mayor complejidad <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>talle tendrá el sistema. Cuanto más cambien <strong>de</strong> estado las partes y formen alianzas, y cuantas<br />
más conexiones haya entre las partes, mayor será la complejidad dinámica <strong>de</strong>l sistema.<br />
Bucles <strong>de</strong> realimentación: la esencia <strong>de</strong> los sistemas<br />
El pensamiento sistémico es un pensamiento en círculos más que un pensamiento en<br />
líneas rectas. Todas las partes <strong>de</strong> un sistema están conectadas directa o indirectamente, <strong>de</strong><br />
modo que al cambiar una <strong>de</strong> las partes el efecto se propaga a las <strong>de</strong>más, que experimentan un<br />
cambio y, a su vez, terminan afectando a la parte original. Entonces, la parte original respon<strong>de</strong> a<br />
esa nueva influencia. Así pues, la influencia vuelve modificada a la parte original, lo que genera un<br />
bucle, no un canal <strong>de</strong> una sola dirección, que se <strong>de</strong>nomina bucle <strong>de</strong> realimentación. Diremos que<br />
la realimentación es, por tanto, una reacción <strong>de</strong>l sistema que se regenera en forma <strong>de</strong> estímulo o<br />
la información <strong>de</strong>vuelta que influye en el paso siguiente.<br />
Todos experimentamos la realimentación como la consecuencia <strong>de</strong> nuestros actos que<br />
vuelve a nosotros e influye en lo que hacemos a continuación. El término "realimentación",<br />
feedback en inglés, suele utilizarse con el significado <strong>de</strong> respuesta, pero lo importante es que se<br />
trata <strong>de</strong> un retorno <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong> una acción que influye en un siguiente paso, esto es, un<br />
vínculo <strong>de</strong> dos direcciones. La realimentación es un bucle, por eso el pensamiento en función <strong>de</strong><br />
la realimentación, es un pensamiento circular.<br />
La sed es un buen ejemplo <strong>de</strong> realimentación. Pensemos en lo que nos ocurre cuando nos<br />
damos cuenta que tenemos sed. Primero tenemos una sensación <strong>de</strong> insatisfacción, vamos<br />
entonces por un vaso <strong>de</strong> agua. Según la estamos bebiendo, sentimos menos sed y bebemos<br />
entonces menos agua. Seguimos bebiendo hasta que estamos satisfechos; en ese momento<br />
<strong>de</strong>jamos <strong>de</strong> beber. Es <strong>de</strong>cir, la sed influye en la cantidad <strong>de</strong> agua que bebemos, y la cantidad <strong>de</strong><br />
agua que bebemos influye en la sed. Nos parece que se trata <strong>de</strong> una sola acción, pero si lo<br />
pensamos con más <strong>de</strong>tenimiento veremos que es un bucle. Sería una sola acción si supiéramos<br />
<strong>de</strong> antemano exactamente la cantidad <strong>de</strong> agua que tenemos que beber para calmar nuestra sed, y<br />
<strong>de</strong>spués la bebiéramos. El hambre funciona <strong>de</strong> la misma manera. Comemos hasta que nuestro<br />
apetito está satisfecho. Las sensaciones <strong>de</strong> hambre y sed son parte <strong>de</strong> bucles <strong>de</strong> realimentación<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un solo sistema: cada uno <strong>de</strong> nosotros.<br />
Pensemos ahora en una conversación entre dos personas e imaginemos que asistimos a<br />
ella como si la pasaran en cámara lenta y observamos lo que ocurre momento a momento. Uno <strong>de</strong><br />
los dos piensa lo que va a <strong>de</strong>cir y luego lo dice. El otro escucha las palabras, que estimulan sus<br />
propios pensamientos, y respon<strong>de</strong>. El primero respon<strong>de</strong> a la respuesta <strong>de</strong>l segundo. Cada<br />
respuesta se emite a través <strong>de</strong> la boca y el lenguaje corporal, y el discurso y el lenguaje corporal<br />
<strong>de</strong> cada uno sirve <strong>de</strong> estímulo para el otro. La respuesta <strong>de</strong>l primero se convierte en el estímulo<br />
<strong>de</strong>l segundo, influyendo al mimo tiempo en la respuesta <strong>de</strong>l segundo, que pasa a ser el estímulo<br />
<strong>de</strong>l primero... Y así se va sucediendo la conversación. El receptor sabe que <strong>de</strong>cir <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
escuchar al emisor.<br />
Así mismo, hay bucles <strong>de</strong> realimentación en el funcionamiento <strong>de</strong> las máquinas que<br />
construimos. La realimentación es el principio por el cual las máquinas pue<strong>de</strong>n funcionar sin<br />
intervención humana. Para ver un sencillo dispositivo <strong>de</strong> uso cotidiano con realimentación<br />
mecánica, sólo tenemos que trasladarnos a nuestro cuarto <strong>de</strong> baño. El flotador <strong>de</strong> la cisterna <strong>de</strong>l<br />
inodoro mantiene el agua en un nivel constante. Al tirar <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>na, se abre otra válvula que da<br />
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