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Los conflictos sociales actuales en la práctica docente-Recursos comunicacionales para el abordaje cooperativo en la escuela<br />
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ejemplo, que sólo el arquero pue<strong>de</strong> tocar la pelota con a mano, que no se pe<strong>de</strong> golpear a un<br />
jugador <strong>de</strong>l equipo contrario. Las reglas <strong>de</strong> acción normalmente incluyen las sanciones que<br />
guardan relación con su incumplimiento.<br />
Todo juego o práctica social no pue<strong>de</strong> prescindir <strong>de</strong> estos tres tipos <strong>de</strong> <strong>de</strong>claraciones constitutivas.<br />
Ello implica que toda práctica social pue<strong>de</strong> ser reconstruida en términos <strong>de</strong> su objetivo o propósito;<br />
el mundo <strong>de</strong> entida<strong>de</strong>s que trae a la mano y las leyes <strong>de</strong> acción que regulan su <strong>de</strong>senvolvimiento.<br />
Cuando cambiamos alguna/s <strong>de</strong> esta/s reglas generamos prácticas sociales distintas. Po<strong>de</strong>mos<br />
distinguir otros dos tipos <strong>de</strong> reglas.<br />
4. Las reglas estratégicas. No forman parte <strong>de</strong> la <strong>de</strong>claración constitutiva <strong>de</strong> un juego. Ello<br />
significa que el juego pue<strong>de</strong> jugarse prescindiendo <strong>de</strong> ellas. La importancia <strong>de</strong> estas reglas guarda<br />
relación con el hecho <strong>de</strong> que nos permite jugar mejor, nos ayudan a ser más efectivos para<br />
alcanzar el objetivo que persigue <strong>de</strong>terminada práctica social. Las reglas estratégicas<br />
normalmente son el resultado <strong>de</strong>l aprendizaje que resulta <strong>de</strong> experiencias pasadas en las que<br />
pudimos observar las consecuencias <strong>de</strong> una <strong>de</strong>terminada acción o modalidad <strong>de</strong> acción. En el<br />
fútbol, por ejemplo, las reglas 4-3-3, o 4-2-2.<br />
5. Las reglas <strong>de</strong> resolución <strong>de</strong> conflictos, sin ser imprescindibles, suelen ser requeridas por dos<br />
razones diferentes: a- Porque una regla pue<strong>de</strong> ser interpretada distinta por diferentes jugadores y<br />
ello plantea la necesidad <strong>de</strong> alguna modalidad ara resolver la diferencia y b- porque pue<strong>de</strong>n surgir<br />
situaciones no previstas por las reglas constitutivas y que se requiere alguna instancia que pueda<br />
resolver, a la que <strong>de</strong> antemano se le haya conferido autoridad. En el caso <strong>de</strong>l fútbol, la FIFA, etc.<br />
Haciendo uso <strong>de</strong> estas distinciones po<strong>de</strong>mos reconstruir cualquier práctica social. Y esto nos<br />
permite entrar en el dominio <strong>de</strong> la innovación y el diseño. Cada vez que nos enfrentamos a un<br />
quiebre recurrente, si no hay una práctica social que se ocupe <strong>de</strong> él, po<strong>de</strong>mos escuchar un<br />
llamado a diseñar una.<br />
Conversaciones y Tipos <strong>de</strong> conversaciones<br />
Una conversación es la danza que tiene lugar entre el hablar y el escuchar, y entre el escuchar y<br />
el hablar. Las conversaciones son los componentes efectivos <strong>de</strong> las interacciones lingüísticas –las<br />
unida<strong>de</strong>s básicas <strong>de</strong>l lenguaje.<br />
Po<strong>de</strong>mos distinguir varios tipos <strong>de</strong> conversaciones (y hay muchas maneras <strong>de</strong> distinguir). Se<br />
ofrecerá una tipología basada en conversaciones posibles para enfrentar un quiebre.<br />
Los quiebres generalmente llaman a la acción. La forma en que nos hacemos cargo <strong>de</strong> ellos es<br />
realizando acciones. Es a través <strong>de</strong> la acción que restauramos la transparencia quebrada y nos<br />
hacemos cargo <strong>de</strong> las consecuencias <strong>de</strong>l quiebre.<br />
Estas distinciones nos permitirán observar la relación entre un quiebre y la acción que ponemos<br />
en marcha.<br />
1. La conversación <strong>de</strong> juicios personales<br />
Cuando nos enfrentamos a un quiebre generalmente recurrimos a lo que <strong>de</strong>nominamos “la<br />
conversación <strong>de</strong> juicios personales”. Por ejemplo, voy manejando mi auto con mi perro en el<br />
asiento <strong>de</strong> atrás y me percato <strong>de</strong> que tengo un neumático pinchado. Mi primera reacción es<br />
una <strong>de</strong>claración ¡caramba! ¡mierda! ¡no pue<strong>de</strong> ser! la goma pinchada no se convierte en<br />
quiebre cuando se pincha sino cuando <strong>de</strong>claramos lingüísticamente el quiebre.<br />
Una vez efectuada la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> quiebre, lo habitual es entrar en una ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> juicios a<br />
través <strong>de</strong> los cuales interpretamos lo que sucedió y las consecuencias que <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong> ello-.<br />
Decimos, por ejemplo ¡siempre me pasan estas cosas a mí! ¡tengo mala suerte! ¡ya se me<br />
echó a per<strong>de</strong>r el día! Esta es una reacción <strong>de</strong> conversación <strong>de</strong> juicios personales. Esta<br />
conversación se limita a enjuiciar el quiebre pero todavía no a hacernos cargo <strong>de</strong> él. Esta<br />
conversación aún no nos mueve <strong>de</strong>l quiebre, nos mantiene en él. Lo que hacemos es<br />
profundizar su explicación, su justificación, su psicologización; buscamos responsables,<br />
culpables, y, no satisfechos <strong>de</strong> encontrarlos, proce<strong>de</strong>mos ahora a emitir juicios contra ellos.<br />
Por lo general tenemos nuestros culpables favoritos. A veces proce<strong>de</strong>mos con una ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong><br />
juicios <strong>de</strong>nigratorios respecto <strong>de</strong> nosotros ¡si seré estúpido!; ¡cuándo apren<strong>de</strong>ré!...etc.<br />
Hay quienes viven gran parte <strong>de</strong> su vida n conversación <strong>de</strong> juicios personales, lamentándose<br />
por lo que sucedió, buscando responsables, quedándose en el mismo “lugar”.<br />
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