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Los conflictos sociales actuales en la práctica docente-Recursos comunicacionales para el abordaje cooperativo en la escuela
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Psicología de Internet
El objetivo que Patricia Wallace, Doctora y Directora de Tecnologías de la Información y
Programas a Distancia en la Universidad Johns Hopkins (EEUU), persigue en “La psicología de
Internet”, es explorar el impacto psicológico del mundo de la Red en nuestra conducta, y mostrar
que el propio medio puede influir en nuestro comportamiento de maneras sorprendentes. La
dinámica de grupos y la pertenencia a una comunidad es uno de los temas más extensos del
relato: ¿cómo se crea un grupo o comunidad en la Red?, ¿cómo se desarrolla el sentimiento de
pertenencia y la complicidad?, ¿qué longevidad puede alcanzar una comunidad virtual? Wallace
examina características como la conformidad, la polarización de grupos, el brainstorming, los
conflictos grupales y la cooperación. La autora da mucha importancia a este tema, ya que como
ella misma asegura, “cada vez se trasladan más grupos de trabajo al mundo de la red y se
presupone tácitamente que serán más productivos que sus equivalentes en la vida real”. Uno de
los elementos que más sorprenden a la autora en este sentido, es la desinhibición de los
miembros de una comunidad virtual en relación a su conducta en el espacio real y, del mismo
modo, su misma facilidad para perder los estribos en este entorno. Las amistades y los idilios
también son constantes en las comunidades virtuales.
Wallace define Internet como un “tragadero del tiempo”, y es que como sabemos, el “estar
online” absorbe incomprensiblemente al individuo: “Es que estaba conectado y no me he dado
cuenta de la hora que era”, se justifica el retraso a una cita en la vida real. En este sentido, los
estudios que Wallace menciona coinciden, al menos en un primer nivel de análisis, en que un
mayor uso de Internet está asociado con un aumento de la soledad y de la depresión, y con una
disminución de la comunicación familiar y las relaciones sociales. Los roles, los estereotipos y los
conflictos sexuales también son características claras de la conducta humana en el entorno virtual.
Internet, lógicamente, no sólo provoca efectos de este talante: el altruismo y los grupos de
discusión y trabajo totalmente desinteresados, son habituales en el ciberespacio, proporcionando
respuestas e información de calidad, de manera totalmente generosa. Además, el anonimato (real
y psicológico) que proporciona este entorno, lo hace perfecto para el intercambio de opiniones
polémicas que muchas veces nos autocensuramos en el entorno real. Por otra parte, este modo
de comunicación permite que personas que por muy distintos motivos (raza, sexualidad, etc.), no
pueden o no quieren relacionarse en el entorno físico lo puedan hacer ahora.
En este sentido, es interesante destacar las palabras de Esther Dyson, una de las
principales voces de la Electronic Foundation: Si bien la Red se puede emplear para bien y para
mal, es asimétrica en su manera de otorgar poder a quien no lo tiene. Socava a la autoridad
central, independientemente de que sea buena o mala, y ayuda a las fuerzas dispersas a actuar
conjuntamente, independientemente de que sean buenas o malas.
Antes de finalizar este profundo análisis psicológico acerca de la conducta humana dentro
y fuera de la Red, la autora reflexiona sobre el futuro de esta relación humano/máquina. En primer
lugar, se plantea la cuestión de si realmente vale la pena y es positivo para el desarrollo humano
interactuar en la Red. Patricia Wallace, contradiciendo las palabras del “cazador de hackers”
Clifford Stoll, asegura que sí vale la pena, y añade que somos los propios humanos quienes
debemos conformar este entorno en función de nuestras necesidades, intereses y límites. En este
sentido, la autora reflexiona sobre la evolución de la Red y la influencia humana en ella, y a la
inversa, acerca de cómo la Red influirá en el comportamiento social de nuestros hijos y nietos:
“¿Cómo sería celebrar una reunión familiar en un espacio de realidad virtual?, ¿qué supondrá a
nuestra conducta entrar en una fiesta del ciberespacio y oler las palomitas de maíz, o sentir cómo
se hunde el sofá cuando alguien se sienta [virtualmente] a nuestro lado?”. Como interrogante final,
Wallace hace un guiño a la humanidad para que se plantee conjuntamente la evolución de la Red
y no lo deje en manos de unos: “¿Qué elegiremos y rechazaremos para que forme parte de
nuestra Internet? o ¿quizás dejaremos esta decisión en manos de Microsoft?”.
“En el ciberespacio, los ruidos en la comunicación considerados como obstáculos en la
comunicación presencial, disminuyen cualitativamente porque el receptor y el emisor tienen la
posibilidad de hacer uso de la "estructura de demora", pueden releer el mensaje recibido y pensar
sobre el primer impacto que produce la primer lectura, momento en que todos los prejuicios
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