10.05.2013 Views

En las fuentes de la alegria con S.Francisco de Sales - FUNDACIÓN ...

En las fuentes de la alegria con S.Francisco de Sales - FUNDACIÓN ...

En las fuentes de la alegria con S.Francisco de Sales - FUNDACIÓN ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ueno <strong>con</strong>vencerse <strong>de</strong> esta verdad, <strong>de</strong> que <strong>la</strong> observancia <strong>de</strong> los mandamientos es <strong>con</strong>dición necesaria<br />

para toda vida cristiana y que ninguna práctica <strong>de</strong> supererogación dispensa jamás <strong>de</strong> <strong><strong>la</strong>s</strong> prescripciones<br />

formales <strong>de</strong> <strong>la</strong> ley.'''«Por eso, siempre <strong>de</strong>bemos procurar cumplir lo que Dios manda a todos los<br />

cristianos... y quien esto no observe cuidadosamente, sólo tendrá una <strong>de</strong>voción falsa».Y aún hay más:<br />

quien aspire a una vida fervorosa, tiene que observar los mandamientos «<strong>con</strong> prontitud y <strong>con</strong> gusto».<br />

Puesto que son <strong>la</strong> expresión <strong>de</strong> <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong> Dios, <strong>de</strong>ben en<strong>con</strong>trarnos siempre dispuestos a cumplirlos,<br />

y a hacerlo <strong>de</strong> buen grado, tanto más cuanto que, por su naturaleza, son «dulces, agradables y suaves».¿Es<br />

ésta, sin mbargo, nuestra actitud? El Santo observa: «Muchos cumplen los mandamientos como quien<br />

traga una medicina, más por miedo a <strong>con</strong><strong>de</strong>narse que por el p<strong>la</strong>cer <strong>de</strong> vivir según <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong>l<br />

Salvador».Y es ésa una peculiaridad <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>con</strong>dición humana, que siente horror a todo lo que le es<br />

impuesto. Por ello prosigue:«Y así como hay personas que, por agradable que sea un medicamento, lo<br />

toman <strong>de</strong> ma<strong>la</strong> gana, sólo porque es medicamento, así hay almas que tienen horror a lo que se les manda<br />

por el hecho mismo <strong>de</strong> ser mandado.<br />

<strong>En</strong> este sentido -<strong>con</strong>tinúa-, se cuenta que un hombre había vivido a gusto en <strong>la</strong> gran ciudad <strong>de</strong> París sin<br />

salir <strong>de</strong> el<strong>la</strong> durante ochenta años y en cuanto el rey le or<strong>de</strong>nó permanecer allí para siempre, salía a diario<br />

a disfrutar <strong>de</strong>l campo, cosa que antes nunca había echado <strong>de</strong> menos»."Es cierto que este humor<br />

caprichoso se remonta a los comienzos <strong>de</strong> <strong>la</strong> humanidad:«Eva, <strong>de</strong> cien mil frutos <strong>de</strong>liciosos, escogió el<br />

que se le había prohibido, y seguro que, si se le hubiera permitido probarlo, no se lo habría comido».<br />

"Gusto por <strong>la</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, ciertamente, pero también <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> nuestra naturaleza, que se asusta a<br />

veces <strong>de</strong> <strong><strong>la</strong>s</strong> exigencias <strong>de</strong> los mandamientos. Si tuviéramos verda<strong>de</strong>ro amor <strong>de</strong> Dios, <strong><strong>la</strong>s</strong> dificulta<strong>de</strong>s, en<br />

vez <strong>de</strong> echarnos para atrás, aumentarían nuestro ánimo y <strong>con</strong>vertirían en dulce y agradable lo que nos<br />

parece áspero y molesto.«Un corazón que está lleno <strong>de</strong> amor, ama los mandamientos, y, cuanto más<br />

difíciles son; más dulces y agradables los encuentra, porque así comp<strong>la</strong>ce más al Amado y le hace mayor<br />

honor». El amor <strong>de</strong> Dios, <strong>la</strong> adhesión a su santa voluntad expresada en los mandamientos, dan prontitud<br />

en <strong>la</strong> obediencia y gozo en su ejecución. El obispo se preocupa mucho por nuestro progreso en este<br />

camino y en <strong>la</strong> Introducción a <strong>la</strong> vida <strong>de</strong>vota nos invita a «examinar el estado <strong>de</strong> nuestra alma para <strong>con</strong><br />

Dios»:-«¿Cómo se encuentra vuestro corazón respecto a los mandamientos <strong>de</strong> Dios? ¿Los encuentra<br />

buenos, dulces, agradables? ¡Ay, hija mía!, quien tiene el gusto en buen estado y el estómago sano,<br />

disfruta <strong>con</strong> <strong>la</strong> comida buena y rechaza <strong>la</strong> ma<strong>la</strong>...-¿Cómo está vuestro corazón para <strong>con</strong> Dios? ¿Se<br />

comp<strong>la</strong>ce en acordarse <strong>de</strong> Él? ¿Siente su agradable dulzura? David dice: me he acordado <strong>de</strong> Dios, me he<br />

comp<strong>la</strong>cido en él. ¿Sentís en vuestro corazón cierta facilidad para amarle y un gusto particu<strong>la</strong>r en<br />

saborear ese amor? ¿Se recrea vuestro corazón al pensar en <strong>la</strong> inmensidad <strong>de</strong> Dios, en su bondad y en su<br />

dulzura? Si el recuerdo <strong>de</strong> Dios os sobreviene en medio <strong>de</strong> <strong><strong>la</strong>s</strong> ocupaciones <strong>de</strong>l mundo y <strong>de</strong> sus vanida<strong>de</strong>s,<br />

¿logra hacerse sitio, se apo<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> vuestro corazón? ¿Os parece que vuestro corazón se vuelve hacia Él y<br />

en cierto modo sale a su encuentro? Ciertamente hay almas así, que, por muy ocupadas que estén, si les<br />

viene el recuerdo <strong>de</strong> Dios, les resulta imposible aten<strong>de</strong>r a otra cosa, por el p<strong>la</strong>cer que sienten al<br />

experimentarlo, lo que <strong>con</strong>stituye una buenísima señal».<br />

El amor a nuestra vocación<br />

«A<strong>de</strong>mas <strong>de</strong> los mandamientos generales -escribe san <strong>Francisco</strong> <strong>de</strong> <strong>Sales</strong>-, hay que cumplir exactamente<br />

los mandamientos particu<strong>la</strong>res que nuestra vocación nos impone»', porque también ellos son expresión <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> voluntad divina.«Y quien no los cumpliere -prosigue-, aunque resucitara muertos, no <strong>de</strong>jaría <strong>de</strong> estar en<br />

pecado y <strong>con</strong><strong>de</strong>narse si muriera así. Por ejemplo, los obispos tienen el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> visitar a sus ovejas, para<br />

enseñarles, corregir<strong><strong>la</strong>s</strong> y <strong>con</strong>so<strong>la</strong>r<strong><strong>la</strong>s</strong>. Si yo permaneciera toda <strong>la</strong> semana en oración, si ayunara toda mi<br />

vida, pero no visitase a <strong><strong>la</strong>s</strong> mías, me per<strong>de</strong>ría. Si una persona casada hiciera mi<strong>la</strong>gros pero no cumpliese<br />

sus <strong>de</strong>beres matrimoniales para <strong>con</strong> su cónyuge, o no cuidase <strong>de</strong> sus hijos, sería peor que un infiel, dice<br />

san Pablo».Esta es una verdad que es necesario profundizar: nuestra vocación y sus <strong>de</strong>beres son queridos<br />

por Dios. Pero ¿nos <strong>con</strong>sagramos verda<strong>de</strong>ramente a los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> nuestro estado <strong>de</strong> vida para agradar a<br />

Dios? «¡Ay! -<strong>de</strong>cía el Santo-, todos los días pedimos a Dios que se haga su voluntad, y, cuando llega el<br />

momento <strong>de</strong> cumplir<strong>la</strong>, ¡cuánto trabajo nos cuesta! Nos ofrecemos al Señor, le repetimos: Señor, soy todo<br />

vuestro, aquí tenéis mi corazón. Pero cuando quiere servirse <strong>de</strong> él, ¡somos tan cobar<strong>de</strong>s! ¿Cómo po<strong>de</strong>mos<br />

<strong>de</strong>cirle que somos suyos, si no queremos acomodar nuestra voluntad a <strong>la</strong> <strong>de</strong> Él?». ''Tengamos en cuenta,<br />

12

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!