10.05.2013 Views

En las fuentes de la alegria con S.Francisco de Sales - FUNDACIÓN ...

En las fuentes de la alegria con S.Francisco de Sales - FUNDACIÓN ...

En las fuentes de la alegria con S.Francisco de Sales - FUNDACIÓN ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

«He visto <strong>con</strong> mucho gusto el proyecto <strong>de</strong> vuestra Suma Teológica que, a mi parecer, está bien y<br />

juiciosamente hecha... Mi opinión sería que redujeseis al mínimo <strong><strong>la</strong>s</strong> referencias metodológicas, pues si<br />

bien hay que emplear<strong><strong>la</strong>s</strong> en <strong>la</strong> enseñanza, al escribir resultan superfluas y, si no me equivoco, hasta<br />

inoportunas... C<strong>la</strong>ramente se ve que seguís un método, sin que haya necesidad <strong>de</strong> que reiteradamente lo<br />

advirtáis... Tampoco es necesario que incluyáis un prefacio si <strong>con</strong>tinúa <strong>la</strong> misma materia... Eso sería<br />

preciso para quienes no siguen un método, o tienen necesidad <strong>de</strong> explicarlo, por ser éste excepcional o<br />

muy complicado».<br />

Así reducida <strong>la</strong> obra, ¡quedará mucho más manejable y sustanciosa!:<br />

«Haciendo esto, vuestra Suma no será tan voluminosa; todo en el<strong>la</strong> será jugo y sustancia y, a mi modo <strong>de</strong><br />

ver, resultará más sabrosa y agradable» Y es que el estilo elegante no daña a <strong>la</strong> sencillez; es como una<br />

cierta caridad hacia el lector,un medio <strong>de</strong> atraer a <strong><strong>la</strong>s</strong> almas y ganar<strong><strong>la</strong>s</strong> para Dios, sobre todo en una época<br />

en que se han hecho tan <strong>de</strong>licadas. Así se lo escribía el obispo a uno <strong>de</strong> sus sacerdotes, Pedro Jay:«El<br />

<strong>con</strong>ocimiento que voy adquiriendo cada día <strong>de</strong>l ta<strong>la</strong>nte <strong>de</strong>l mundo me hace <strong>de</strong>sear vivamente que <strong>la</strong><br />

bondad divina inspire a alguno <strong>de</strong> sus siervos para que escriba al gusto <strong>de</strong> este pobre mundo... Somos<br />

pescadores, y pescadores <strong>de</strong> hombres; por tanto, tenemos que emplear en esta pesca no sólo nuestro afán,<br />

nuestro trabajo y nuestras vigilias, sino también nuestro encanto, nuestras habilida<strong>de</strong>s, nuestro atractivo y,<br />

me atrevo a <strong>de</strong>cir que, incluso, una santa astucia. El mundo se ha vuelto tan <strong>de</strong>licado, que ya no se le va a<br />

po<strong>de</strong>r tocar más que <strong>con</strong> guantes perfumados y habrá que curarle sus l<strong>la</strong>gas <strong>con</strong> emp<strong><strong>la</strong>s</strong>tos aromáticos.<br />

Pero, ¡qué más da!, lo que importa es que los hombres se curen y al final se salven. Nuestra reina, <strong>la</strong><br />

caridad, hace todo por sus hijos».<br />

A eso se había <strong>de</strong>dicado san <strong>Francisco</strong> <strong>de</strong> <strong>Sales</strong>; y el prodigioso éxito <strong>de</strong> su Introducción a <strong>la</strong> vida <strong>de</strong>vota<br />

era testimonio <strong>de</strong> que su autor había escrito a gusto <strong>de</strong>l mundo y se había empleado a fondo en <strong>la</strong> pesca <strong>de</strong><br />

<strong><strong>la</strong>s</strong> almas.<br />

Cómo no va a <strong>de</strong>jarse pren<strong>de</strong>r por el encanto <strong>de</strong> ese estilo, una mujer <strong>de</strong> mundo que al abrir ese «librito»,<br />

<strong>de</strong> título poco seductor, lee en <strong><strong>la</strong>s</strong> primeras líneas <strong>de</strong> su prefacio:<br />

«Tenía tan <strong>de</strong>licado gusto <strong>la</strong> florista Glycéra en variar <strong>la</strong> disposición y mezc<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong><strong>la</strong>s</strong> flores <strong>con</strong> que hacía<br />

sus ramilletes, que <strong>con</strong> unas mismas los formaba <strong>de</strong> muchos modos, en tanto grado, que se quedó corto<br />

Parrasio, célebre pintor, queriendo imitar tal diversidad, porque no pudo variar <strong>de</strong> tantos modos su pintura<br />

como variaba Glycéra sus ramilletes. Así también el Espíritu Santo or<strong>de</strong>na <strong>con</strong> tanta variedad <strong><strong>la</strong>s</strong><br />

lecciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>voción que da por <strong><strong>la</strong>s</strong> pa<strong>la</strong>bras y escritos <strong>de</strong> sus siervos, que, siendo siempre una misma <strong>la</strong><br />

doctrina, son, sin embargo, muy diferentes los discursos, según los diversos modos <strong>con</strong> que están<br />

compuestos. Yo, a <strong>la</strong> verdad, ni puedo, ni quiero, ni <strong>de</strong>bo escribir en esta Introducción otra cosa que lo<br />

que ya, sobre esta materia, han publicado nuestros pre<strong>de</strong>cesores, y así, <strong><strong>la</strong>s</strong> flores que te presento, lector,<br />

son <strong><strong>la</strong>s</strong> mismas, pero es muy diverso el ramillete que forman, a causa <strong>de</strong> <strong>la</strong> diversidad <strong>con</strong> que van<br />

colocadas» Lejos estamos <strong>de</strong> <strong>la</strong> Suma teológica, e incluso, ¿por qué no <strong>con</strong>fesarlo?, <strong>de</strong>l Tratado <strong>de</strong>l amor<br />

<strong>de</strong> Dios. Es que <strong>la</strong> materia expuesta en esta última obra es más abstracta, y, aunque san <strong>Francisco</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>Sales</strong> <strong>la</strong> haya amenizado <strong>con</strong> imágenes y referencias <strong>con</strong>cretas, él mismo teme que su lectura no resulte<br />

tan fácil ni tan agradable como <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Introducción. Eso es lo que escribe a su amigo, Mons. Fenouillet,<br />

obispo <strong>de</strong> Montpellier:<br />

«<strong>En</strong> cuanto al libro <strong>de</strong>l Amor <strong>de</strong> Dios... os <strong>con</strong>fieso, Monseñor, que esta obrita no me disgusta <strong>de</strong>l todo;<br />

pero tengo mucho miedo <strong>de</strong> que no alcance tanto éxito como <strong>la</strong> anterior, por ser, a mi enten<strong>de</strong>r, algo más<br />

vigorosa y fuerte, aunque he tratado <strong>de</strong> suavizar<strong>la</strong> y <strong>de</strong> evitar los términos difíciles».Al menos, el libro<br />

estará lleno <strong>de</strong> unción, escrito en ese «estilo afectuoso», como le l<strong>la</strong>ma san <strong>Francisco</strong> <strong>de</strong> <strong>Sales</strong>, que sale<br />

<strong>de</strong>l corazón y que a él tanto le gustaba.<br />

<strong>En</strong> una carta dirigida a Mons. Andrés Frémyot, arzobispo <strong>de</strong> Bourges, le expone sus puntos <strong>de</strong> vista sobre<br />

<strong>la</strong> predicación. Debe estar animada por <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ma interior:<br />

«El soberano artificio es no tener artificio. Nuestras pa<strong>la</strong>bras han <strong>de</strong> estar inf<strong>la</strong>madas, no <strong>con</strong> gritos o<br />

acciones <strong>de</strong>smesuradas, sino por el afecto interior; tienen que salir <strong>de</strong>l corazón más que <strong>de</strong> <strong>la</strong> boca. Por<br />

mucho que se diga, el corazón hab<strong>la</strong> al corazón, mientras que <strong>la</strong> lengua no hab<strong>la</strong> más que a los oídos».<br />

Esta es <strong>la</strong> pura verdad. El obispo <strong>la</strong> ha experimentado muchas veces, y, últimamente, al leer una carta <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> Sra. <strong>de</strong> Chantal. Le dice:<br />

«He recibido vuestra carta <strong>de</strong>l día <strong>de</strong> santa Ana, escrita <strong>con</strong> un estilo particu<strong>la</strong>r y que sale <strong>de</strong>l corazón».<br />

Ese estilo que sale <strong>de</strong>l corazón <strong>de</strong>sea en<strong>con</strong>trarlo en <strong>la</strong> pluma <strong>de</strong> Dom Asseline, en su Suma:<br />

30

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!