En las fuentes de la alegria con S.Francisco de Sales - FUNDACIÓN ...
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surgirá un <strong>la</strong>tido y como un grito espontáneo, que brota cien veces al día <strong>de</strong> un corazón total y<br />
amorosamente sometido a <strong>la</strong> santísima voluntad <strong>de</strong> Dios.<br />
«Ya casi os he dicho todo lo necesario -<strong>con</strong>cluye su carta el obispo-, pero quiero añadir que, cuando<br />
hayáis hecho dos o tres veces este ejercicio <strong>de</strong> <strong>la</strong> manera que os digo, podéis acortarlo o variarlo,<br />
adaptándolo como mejor os parezca, pues hay que c<strong>la</strong>varlo en el corazón, como un impulso».'' Esto<br />
supone, evi<strong>de</strong>ntemente, <strong>la</strong>rgos y perseverantes esfuerzos, porque <strong>la</strong> naturaleza se resiste y se rebe<strong>la</strong> ante<br />
tales renuncias. <strong>Francisco</strong> <strong>de</strong> <strong>Sales</strong> <strong>con</strong>fiesa que también él quisiera ser más dócil:«Que se haga su divina<br />
voluntad», escribe. Y, aña<strong>de</strong>: «Yo quisiera ser aún más dócil para humil<strong>la</strong>rme ante esta soberana<br />
Provi<strong>de</strong>ncia, y no sólo doblegar mis afectos a los <strong>de</strong>signios <strong>de</strong> Dios, sino a<strong>de</strong>más amar tierna y<br />
afectuosamente su sagrada voluntad». Pero escuchad esta <strong>con</strong>fi<strong>de</strong>ncia: «Debo haceros una pequeña<br />
<strong>con</strong>fi<strong>de</strong>ncia: no hay persona en el mundo que tenga un corazón más tierno y afectuoso para sus amigos,<br />
que yo, ni que sienta más <strong><strong>la</strong>s</strong> separaciones. Sin embargo, tengo en tan poco <strong>la</strong> vanidad <strong>de</strong> esta vida nuestra,<br />
que nunca me vuelvo a Dios <strong>con</strong> mayor amor que cuando me hiere, o permite que me hieran. Hija<br />
mía, dirijamos nuestro pensamiento hacia el cielo y nos libraremos <strong>de</strong> los acci<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra». El<br />
corazón <strong>de</strong> san <strong>Francisco</strong> <strong>de</strong> <strong>Sales</strong> está totalmente penetrado <strong>de</strong> amor a <strong>la</strong> voluntad divina. A ejemplo<br />
suyo, y siguiendo sus enseñanzas, esforcémonos en amar <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong> Dios. <strong>En</strong>tonces gustaremos <strong>la</strong><br />
suprema felicidad.<br />
«¡Oh, qué felices son <strong><strong>la</strong>s</strong> almas que viven sólo <strong>de</strong> <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong> Dios! Si al saborear<strong>la</strong> un poquito, <strong>con</strong><br />
una <strong>con</strong>si<strong>de</strong>ración pasajera, siente tanta paz interior el corazón que acepta esta santa voluntad, <strong>con</strong> todas<br />
<strong><strong>la</strong>s</strong> cruces que el<strong>la</strong> presenta, ¡cuál no será <strong>la</strong> paz que experimenten <strong><strong>la</strong>s</strong> almas totalmente sumergidas en <strong>la</strong><br />
unión a esta santa voluntad!''<br />
3-LA SENCILLEZ EN EL COMPORTAMIENTO HABITUAL<br />
“Amo tanto <strong>la</strong> sencillez que me asombro”<br />
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