10.05.2013 Views

En las fuentes de la alegria con S.Francisco de Sales - FUNDACIÓN ...

En las fuentes de la alegria con S.Francisco de Sales - FUNDACIÓN ...

En las fuentes de la alegria con S.Francisco de Sales - FUNDACIÓN ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

«Hacéis <strong>de</strong>masiadas <strong>con</strong>si<strong>de</strong>raciones y exámenes para saber <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> proce<strong>de</strong>n <strong><strong>la</strong>s</strong> sequeda<strong>de</strong>s que sentís.<br />

Ni siquiera cuando son causadas por vuestras faltas tenéis que inquietaros, sino rechazar<strong><strong>la</strong>s</strong> <strong>con</strong> sencil<strong>la</strong> y<br />

dulce humildad y luego poneros en <strong><strong>la</strong>s</strong> manos <strong>de</strong> nuestro Señor para que os ayu<strong>de</strong> a llevar esa pena o para<br />

que os <strong>la</strong> perdone, como Él quiera. No hay que ser tan curiosa y querer saber <strong>la</strong> proce<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> tan diversos<br />

estados por los que pasamos en esta vida; hay que someterse a todo lo que Dios dispone y<br />

<strong>de</strong>tenerse ahí». Tanto más, que <strong>la</strong> falta <strong>de</strong> <strong>con</strong>suelos no es indicio <strong>de</strong> menor amor <strong>de</strong> Dios.<br />

«Decís bien, queridísima hija, que esas tentaciones os vienen porque no sentís ternura hacia Dios en<br />

vuestro corazón, pues es verdad que si tuvieseis esa ternura, ya tendríais <strong>con</strong>so<strong>la</strong>ción y, si tuvierais<br />

<strong>con</strong>so<strong>la</strong>ción, ya no sufriríais. Pero, hija mía, el amor <strong>de</strong> Dios no <strong>con</strong>siste en <strong>con</strong>suelos ni ternuras; <strong>de</strong> no<br />

ser así, nuestro Señor no hubiera amado a su Padre cuando estaba triste hasta <strong>la</strong> muerte y exc<strong>la</strong>maba:<br />

¡Padre mío, Padre mío!, ¿por qué me has abandonado? Y precisamente entonces estaba haciendo el<br />

mayor acto <strong>de</strong> amor que es posible imaginar».<br />

También nosotros <strong>de</strong>bemos mantenernos en paz cuando nuestro cuerpo se siente <strong>de</strong>sasosegado por su<br />

<strong>de</strong>bilidad y hace <strong>la</strong>ngui<strong>de</strong>cer al espíritu; es una buena ocasión para progresar en el amor divino.<br />

«No hay que asombrarse si vuestro cuerpo, <strong>de</strong>sasosegado por su <strong>de</strong>bilidad, influye en el espíritu y lo hace<br />

<strong>la</strong>ngui<strong>de</strong>cer en su parte inferior. Basta <strong>con</strong> que vuestra voluntad se mantenga firme y <strong>de</strong>cidida a ser<br />

siempre fiel. Somos <strong>de</strong> Dios, y Él nos protegerá y nos hará progresar cada vez más y más en su santo<br />

amor y en el verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>sprecio <strong>de</strong> nosotros mismos».<br />

«Señora, como estáis encinta, me imagino que <strong>la</strong> me<strong>la</strong>ncolía <strong>de</strong> vuestro carácter se valdrá <strong>de</strong> esto para<br />

entristeceros esta temporada y al veros triste, os preocuparéis. Os ruego que no lo hagáis. Si os veis poco<br />

ágil, si todo os parece negro, no perdáis en ningún momento <strong>la</strong> paz; y aunque os parezca que todo cuanto<br />

hacéis está hecho sin gusto, sin sentimiento, sin fuerzas, seguid abrazada a Jesús crucificado,<br />

entregándole vuestro corazón, <strong>con</strong>sagrándole vuestra alma <strong>con</strong> todos sus sentimientos tales como son, por<br />

muy débiles que os parezcan.La bienaventurada Ánge<strong>la</strong> <strong>de</strong> Foligno <strong>de</strong>cía que nuestro Señor le había<br />

reve<strong>la</strong>do que nada le agradaba tanto como lo que se le ofrecía a <strong>la</strong> fuerza; es <strong>de</strong>cir, lo que da una voluntad<br />

<strong>de</strong>cidida, luchando <strong>con</strong>tra <strong>la</strong> <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> carne, a pesar <strong>de</strong> <strong><strong>la</strong>s</strong> resistencias <strong>de</strong> <strong>la</strong> parte inferior, en medio<br />

<strong>de</strong> sequeda<strong>de</strong>s, tristezas y vacío interiores. ¡Dios mío!, querida hija, qué feliz os sentiréis si sois fiel en<br />

vuestras resoluciones, en medio <strong>de</strong> <strong><strong>la</strong>s</strong> cruces que se os presenten, a Quien tan fielmente os amó hasta <strong>la</strong><br />

muerte y muerte <strong>de</strong> Cruz».<br />

Sequeda<strong>de</strong>s, tristezas, vacío interior, noche <strong>de</strong>l espíritu, nada <strong>de</strong> todo eso turbará nuestra paz, porque esos<br />

estados, si bien nos privan <strong>de</strong> ver a Cristo, no nos privan <strong>de</strong> su presencia.<br />

«Al morir nuestro dulce Jesús, toda <strong>la</strong> tierra se cubrió <strong>de</strong> tinieb<strong><strong>la</strong>s</strong>. Pienso que <strong>la</strong> Magdalena, que estaba<br />

<strong>con</strong> vuestra Madre Aba<strong>de</strong>sa», sufriría mucho porque no podía ver a su amado Señor pura y totalmente,<br />

sino que so<strong>la</strong>mente podía entreverlo allá en <strong>la</strong> cruz, y, alzándose, fijaba ardientemente sus ojos en Él, pero<br />

no lograba ver más que cierto resp<strong>la</strong>ndor pálido y <strong>con</strong>fuso; y, sin embargo, estaba tan cerca <strong>de</strong> Él como<br />

antes. No os preocupéis, todo va muy bien. Habrá tantas tinieb<strong><strong>la</strong>s</strong> como queráis, pero sin embargo<br />

estamos cerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> luz, tantos momentos <strong>de</strong> impotencia como os p<strong>la</strong>zca, pero estamos a los pies <strong>de</strong>l Todopo<strong>de</strong>roso.<br />

¡Viva Jesús! No nos separemos jamás <strong>de</strong> Él, ni en <strong><strong>la</strong>s</strong> tinieb<strong><strong>la</strong>s</strong> ni en <strong>la</strong> luz».<br />

Efectivamente, tenemos que ejercitarnos <strong>con</strong> humildad en permanecer junto a Cristo, siguiéndole<br />

fielmente en tinieb<strong><strong>la</strong>s</strong> o en luz.<br />

«Hace poco vi a una viuda que seguía al Santísimo, y, mientras <strong><strong>la</strong>s</strong> otras personas llevaban hermosos<br />

hachones <strong>de</strong> cera b<strong>la</strong>nca, el<strong>la</strong> portaba una can<strong>de</strong>lita que quizá había fabricado el<strong>la</strong> misma; el viento se <strong>la</strong><br />

apagó. Eso ni <strong>la</strong> acercó ni <strong>la</strong> alejó <strong>de</strong>l Santísimo, y no <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> llegar al mismo tiempo que los otros a <strong>la</strong><br />

Iglesia».<br />

Conservemos <strong>la</strong> paz en medio <strong>de</strong> <strong><strong>la</strong>s</strong> cruces. La Cruz nos colmará <strong>de</strong> bendiciones si <strong>la</strong> amamos.<br />

«Llevad dulce y amorosamente vuestra cruz, que, según creo, es lo suficientemente gran<strong>de</strong> como para<br />

colmaros <strong>de</strong> bendiciones, si <strong>la</strong> amáis». Sabemos <strong>con</strong> seguridad que el<strong>la</strong> nunca sobrepasará nuestras<br />

fuerzas y que nuestro Señor nos ayudará a llevar<strong>la</strong>.<br />

«<strong>En</strong> fin, quizá nuestro Señor quiera llevarnos en a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte entre espinas... Tened ánimo, porque <strong>con</strong> tal que<br />

nuestro corazón le sea fiel, no nos cargará <strong>con</strong> más <strong>de</strong> lo que po<strong>de</strong>mos y llevará <strong>la</strong> carga <strong>con</strong> nosotros<br />

cuando vea que <strong>con</strong> toda buena voluntad ofrecemos nuestros hombros».<br />

¿Y cuáles son <strong><strong>la</strong>s</strong> mejores cruces? Aquel<strong><strong>la</strong>s</strong> en <strong><strong>la</strong>s</strong> que ha habido menos elección por nuestra parte y que<br />

nos son más molestas, porque nos obligan a una mayor generosidad en nuestro amor al Crucificado.<br />

90

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!