10.05.2013 Views

En las fuentes de la alegria con S.Francisco de Sales - FUNDACIÓN ...

En las fuentes de la alegria con S.Francisco de Sales - FUNDACIÓN ...

En las fuentes de la alegria con S.Francisco de Sales - FUNDACIÓN ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ésa? Ni <strong><strong>la</strong>s</strong> imperfecciones nos <strong>de</strong>ben turbar, porque no queremos tener<strong><strong>la</strong>s</strong> ni poner en el<strong><strong>la</strong>s</strong> jamás nuestro<br />

afecto. Por tanto, quedaos en paz, <strong>con</strong> dulzura y humildad <strong>de</strong> corazón».<br />

Ni siquiera los pecados <strong>de</strong>ben alterar <strong>la</strong> paz <strong>de</strong> nuestra alma, porque «todo se <strong>con</strong>vierte en bien para<br />

aquéllos que aman a Dios». No se cansa uno <strong>de</strong> leer esa página en <strong>la</strong> que se siente el soplo po<strong>de</strong>roso <strong>de</strong><br />

una fe que nos alza <strong>de</strong>l abismo <strong>de</strong> nuestra miseria para echarnos, llenos <strong>de</strong> <strong>con</strong>fianza, en <strong>la</strong> misericordia<br />

<strong>de</strong>l Dios <strong>de</strong> toda bondad.<br />

«Todo se <strong>con</strong>vierte en bien para aquellos que aman a Dios. Y, en verdad, si Dios pue<strong>de</strong> y sabe sacar bien<br />

<strong>de</strong>l mal, ¿cómo no lo va a hacer <strong>con</strong> aquellos que sin reserva se han dado a Él? Sí, incluso los pecados -<br />

Dios nos libre <strong>de</strong> ellos- se <strong>con</strong>vierten, por <strong>la</strong> divina Provi<strong>de</strong>ncia, en un bien para los suyos. Nunca hubiera<br />

llegado David a una humildad tan gran<strong>de</strong> si no hubiera pecado; ni <strong>la</strong> Magdalena hubiera alcanzado ese<br />

gran amor a su Salvador si Él no le hubiera perdonado tantos pecados; y nunca se le hubieran perdonado<br />

si no los hubiera cometido.<br />

Ya veis, querida hija, qué gran artífice <strong>de</strong> <strong>la</strong> misericordia es Dios: quiere <strong>con</strong>vertir nuestras miserias en<br />

gracia y <strong>con</strong>vierte en antídoto para nuestras almas a <strong>la</strong> misma víbora <strong>de</strong> nuestras iniquida<strong>de</strong>s. Por eso,<br />

<strong>de</strong>cidme, ¿qué no hará <strong>con</strong> nuestras penas, <strong>con</strong> nuestros trabajos, <strong>con</strong> <strong><strong>la</strong>s</strong> persecuciones <strong>de</strong> que somos<br />

objeto? Cuando os llegue un disgusto, sea cual sea, <strong>de</strong>cid a vuestra alma que si el<strong>la</strong> ama mucho a Dios,<br />

todo se le <strong>con</strong>vertirá en bien. Y, aunque no veáis cómo os pue<strong>de</strong> llegar ese bien, seguid segura <strong>de</strong> que llegará.<br />

Si Dios os echa el barro <strong>de</strong> <strong>la</strong> ignominia en los ojos es para daros una vista mejor y para que<br />

<strong>con</strong>templéis un espectáculo maravilloso. Si Dios os <strong>de</strong>rriba, como a san Pablo, al que hizo caer por tierra,<br />

es para levantaros a mayor gloria»."<br />

El <strong>de</strong>sprecio <strong>de</strong> <strong><strong>la</strong>s</strong> críticas y <strong>de</strong> <strong><strong>la</strong>s</strong> calumnias<br />

También proce<strong>de</strong> <strong>de</strong>l orgullo <strong>la</strong> turbación que nos causan <strong><strong>la</strong>s</strong> críticas y calumnias.<br />

¿Las críticas? Cuando <strong>con</strong> pru<strong>de</strong>ncia hemos <strong>de</strong>cidido llevar a cabo un proyecto que ya habíamos <strong>con</strong>fiado<br />

a Dios, no nos <strong>de</strong>jemos influir por los juicios más o menos benévolos que se hagan <strong>de</strong> nosotros.<br />

«Nada se hace en este mundo sin que protesten los espíritus estrechos y malévolos; y <strong>de</strong> todo, aun <strong>de</strong> <strong><strong>la</strong>s</strong><br />

mejores cosas, sacan in<strong>con</strong>venientes cuando quieren murmurar».<br />

«El mundo hab<strong>la</strong>rá, ¿y qué dirá? Nada que merezca <strong>la</strong> pena para los que no lo miran sino para<br />

<strong>de</strong>spreciarlo, y que no <strong>con</strong>si<strong>de</strong>ran el tiempo sino como un medio <strong>de</strong> lograr <strong>la</strong> eternidad».<br />

<strong>En</strong> cuanto a <strong><strong>la</strong>s</strong> calumnias, no nos preocupemos <strong>de</strong> sus mor<strong>de</strong>duras. El mejor remedio para este mal es el<br />

silencio. «<strong>En</strong> esas circunstancias, el silencio cura más en una hora que el resentimiento en un año». Y aún<br />

es mejor el <strong>de</strong>sprecio. Sobre todo, no se os ocurra nunca entab<strong>la</strong>r un proceso para reparar el mal que ha<br />

sufrido vuestra reputación. «Que esa buena señora me crea y que no se le ocurra entab<strong>la</strong>r un pleito por<br />

esas historias, ya que sería multiplicar el mal en lugar <strong>de</strong> sofocarlo. Una mujer que tiene bien<br />

fundamentado su honor, no lo pier<strong>de</strong> nunca; nadie cree esas malignas difamaciones, ni a esos chismosos:<br />

se los tiene por unos maliciosos. El mejor medio para reparar <strong><strong>la</strong>s</strong> ruinas que ocasionan es <strong>de</strong>spreciar sus<br />

lenguas, que son los instrumentos <strong>de</strong> que se valieron, dando como respuesta una santa mo<strong>de</strong>stia y<br />

compasión».«Tengo una experiencia reciente <strong>de</strong> <strong>la</strong> inutilidad o, mejor dicho, <strong>de</strong>l daño que traen <strong>con</strong>sigo<br />

los pleitos en estos casos, en una <strong>de</strong> <strong><strong>la</strong>s</strong> más virtuosas señoras <strong>de</strong>l Má<strong>con</strong>nais, que quedó muy mal por no<br />

haber seguido mi <strong>con</strong>sejo y escuchar <strong>la</strong> impetuosidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> pasión <strong>de</strong> sus padres. Creedme, mi querida<br />

hija, el honor <strong>de</strong> <strong><strong>la</strong>s</strong> personas <strong>de</strong> bien está en <strong><strong>la</strong>s</strong> manos <strong>de</strong> Dios, que algunas veces permite sea atacado<br />

para ejercitarnos en <strong>la</strong> paciencia, pero nunca lo <strong>de</strong>ja caído en tierra sino que lo levanta enseguida».<br />

San <strong>Francisco</strong> <strong>de</strong> <strong>Sales</strong> siente «una aversión profunda... por los pleitos, <strong><strong>la</strong>s</strong> <strong>con</strong>tiendas y <strong><strong>la</strong>s</strong> disputas.»<br />

Llega hasta aprobar que se entregue a quien <strong>la</strong> rec<strong>la</strong>ma injustamente, una suma <strong>de</strong> dinero que no le<br />

correspon<strong>de</strong>, pues piensa que nunca se compra <strong>de</strong>masiado caro el bien <strong>de</strong> <strong>la</strong> paz.<br />

«Puesto que el R. Padre y vos misma -escribe a <strong>la</strong> Sra. <strong>de</strong> Chantal- veis bien dar <strong>la</strong> cantidad<br />

que me <strong>de</strong>cís, también yo lo apruebo porque es más <strong>con</strong>forme a <strong>la</strong> dulzura que nuestro Señor quiere para<br />

sus hijos... La paz es tan santa mercancía que merece ser comprada muy cara».<br />

Si se pensara en <strong><strong>la</strong>s</strong> molestias y daños que causa un proceso, se vería c<strong>la</strong>ramente que es preferible siempre<br />

«<strong>de</strong>spreciar el <strong>de</strong>sprecio».<br />

«<strong>En</strong> resumen, querida hija, mi <strong>de</strong>seo al querer disuadiros <strong>de</strong> que prosigáis ese mal pleito no se basaba en<br />

<strong>de</strong>s<strong>con</strong>fiar <strong>de</strong> vuestro <strong>de</strong>recho, sino en <strong>la</strong> aversión y ma<strong>la</strong> opinión que tengo <strong>de</strong> todos los procesos y<br />

litigios. Verda<strong>de</strong>ramente, muy buenos tienen que ser los resultados para que compensen los gastos, <strong><strong>la</strong>s</strong><br />

82

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!