10.05.2013 Views

En las fuentes de la alegria con S.Francisco de Sales - FUNDACIÓN ...

En las fuentes de la alegria con S.Francisco de Sales - FUNDACIÓN ...

En las fuentes de la alegria con S.Francisco de Sales - FUNDACIÓN ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

hace falta más respuesta sino que <strong>de</strong>seáis ser siempre fiel y esperáis que Dios os lo <strong>con</strong>ceda sin necesidad<br />

<strong>de</strong> probaros para ver si lo sois, porque esas pruebas son engañosas; ya que muchos son valientes cuando<br />

no ven al enemigo, pero no lo son en su presencia. Y, al <strong>con</strong>trario, hay muchos que temen el ataque, pero,<br />

llegado el momento, tienen valor. No <strong>de</strong>bemos temer al temor».<br />

Escrúpulos, cavi<strong>la</strong>ciones sobre sí mismo, miedo al futuro<br />

La paz interior también se pue<strong>de</strong> perturbar por ciertos <strong>de</strong>fectos <strong>de</strong> nuestro carácter, como son los<br />

escrúpulos, <strong>la</strong> manía <strong>de</strong> mirarse a sí mismo, el temor al futuro, que encogen y angustian el alma; o el<br />

apresuramiento, que impi<strong>de</strong> <strong>la</strong> serena posesión <strong>de</strong> sí mismo.<br />

El primer director espiritual <strong>de</strong> <strong>la</strong> baronesa <strong>de</strong> Chantal, un religioso que, cuanto menos, era algo extraño,<br />

<strong>la</strong> había obligado a hacer cuatro votos: «primero, que le obe<strong>de</strong>cería; segundo, que no cambiaría nunca <strong>de</strong><br />

director; tercero, que guardaría en absoluto secreto todo lo que él le dijera, y cuarto, que no trataría <strong>de</strong> su<br />

intimidad sino <strong>con</strong> él».Es fácil adivinar <strong>la</strong> angustia que <strong>de</strong>bieron causar estos absurdos <strong>la</strong>zos a <strong>la</strong><br />

baronesa, hasta el momento en que los rompió <strong>Francisco</strong> <strong>de</strong> <strong>Sales</strong>, al que había <strong>con</strong>ocido en Dijon durante<br />

<strong>la</strong> cuaresma <strong>de</strong> 1604 y al que <strong>con</strong> frecuencia había visto en casa <strong>de</strong> su hermano, Monseñor Frémyot,<br />

arzobispo <strong>de</strong> Bourges.Esto sucedió en <strong>la</strong> peregrinación a san C<strong>la</strong>udio, don<strong>de</strong> habían <strong>con</strong>certado<br />

en<strong>con</strong>trarse, el 24 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1604. Al día siguiente <strong>de</strong> su llegada, el obispo dijo a <strong>la</strong> baronesa: «Me he<br />

estado ocupando <strong>de</strong> vuestro asunto toda <strong>la</strong> noche. Esos cuatro votos sólo sirven para <strong>de</strong>struir <strong>la</strong> paz <strong>de</strong> una<br />

<strong>con</strong>ciencia. Es ciertamente <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong> Dios que yo me encargue <strong>de</strong> dirigiros espiritualmente y que vos<br />

sigáis mis <strong>con</strong>sejos». Y le entregó el reg<strong>la</strong>mento <strong>de</strong> vida que había escrito para el<strong>la</strong>.<br />

Des<strong>de</strong> sus primeras cartas, se esforzó el obispo por establecer<strong>la</strong> en <strong>la</strong> paz, liberándo<strong>la</strong> <strong>de</strong> todo escrúpulo.<br />

«Si os dan mucha <strong>de</strong>voción <strong><strong>la</strong>s</strong> oraciones que hasta ahora habéis hecho, no <strong><strong>la</strong>s</strong> cambiéis, os lo ruego; y si<br />

alguna vez <strong>de</strong>jáis algo <strong>de</strong> lo que yo os mando, que no os entren escrúpulos, porque a <strong>con</strong>tinuación os<br />

pongo <strong>con</strong> letras <strong>de</strong>stacadas <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> general <strong>de</strong> lo que ha <strong>de</strong> ser nuestra obediencia: Hay que hacer todo<br />

por amor, nada por fuerza; hay que amar más <strong>la</strong> obediencia que temer <strong>la</strong> <strong>de</strong>sobediencia.Os <strong>de</strong>jo el espíritu<br />

<strong>de</strong> libertad. No el que excluye <strong>la</strong> obediencia, porque ésa es una libertad <strong>de</strong> <strong>la</strong> carne, sino el que excluye <strong>la</strong><br />

angustia, los escrúpulos y los apresuramientos. Puesto que amáis mucho <strong>la</strong> obediencia y <strong>la</strong> sumisión,<br />

quiero que si por razones justas y caritativas <strong>de</strong>jáis en alguna ocasión <strong>de</strong> hacer vuestros ejercicios, lo<br />

toméis como una especie <strong>de</strong> obediencia y supláis <strong>con</strong> amor el ejercicio omitido».<br />

Era, sin duda, una dirección muy tranquilizadora, que trataba siempre <strong>de</strong> di<strong>la</strong>tar a <strong>la</strong> Sra. <strong>de</strong> Chantal en <strong>la</strong><br />

paz, <strong>de</strong>sechando toda exigencia injustificada en <strong>la</strong> búsqueda <strong>de</strong> <strong>la</strong> perfección.<br />

«También apruebo... que sigáis <strong>con</strong> vuestras <strong>la</strong>bores manuales, como hi<strong>la</strong>r y cosas así, en los momentos<br />

en que no tengáis nada más importante que hacer; y que vuestros trabajos estén <strong>de</strong>stinados a <strong><strong>la</strong>s</strong> iglesias o<br />

a los pobres; pero no lo digo <strong>de</strong> manera tan rigurosa que os creáis en obligación <strong>de</strong> dar el equivalente en<br />

dinero a los pobres si hacéis algo para vos o los vuestros. Porque siempre han <strong>de</strong> reinar <strong>la</strong> santa libertad y<br />

<strong>la</strong> naturalidad, sin otra ley ni cortapisa que <strong>la</strong> <strong>de</strong>l amor. Y cuando éste nos inspire hacer algo a favor <strong>de</strong><br />

los nuestros, no se <strong>de</strong>be creer que es algo mal hecho, ni es necesario pagar una multa, como sería vuestro<br />

<strong>de</strong>seo. Lo que el amor nos dicte, sea para un pobre o para un rico, siempre estará bien y será agradable a<br />

nuestro Señor. Creo que si me entendéis correctamente, veréis que digo <strong>la</strong> verdad y que combato por una<br />

buena causa cuando <strong>de</strong>fiendo <strong>la</strong> santa y caritativa libertad <strong>de</strong> espíritu que, ya sabéis, honro singu<strong>la</strong>rmente,<br />

<strong>con</strong> tal que sea verda<strong>de</strong>ra, y se aparte <strong>de</strong> <strong>la</strong> disolución y el libertinaje, que no son sino una máscara <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

libertad». 3 '<br />

<strong>En</strong> ese mismo sentido escribía a una persona inclinada a un rigor excesivo:<br />

«Creo que no <strong>de</strong>bemos atraer amarguras a nuestros corazones como hizo nuestro Señor, ya que no<br />

po<strong>de</strong>mos <strong>con</strong>tro<strong>la</strong>rlos como Él. Basta <strong>con</strong> que <strong><strong>la</strong>s</strong> suframos pacientemente. Por ello, no <strong>de</strong>bemos ir<br />

siempre en <strong>con</strong>tra <strong>de</strong> nuestras inclinaciones cuando no son ma<strong><strong>la</strong>s</strong>, y habiéndo<strong><strong>la</strong>s</strong> examinado hemos visto<br />

que son buenas».<br />

Sin cesar pi<strong>de</strong> <strong>la</strong> sencillez en el ejercicio <strong>de</strong> <strong><strong>la</strong>s</strong> virtu<strong>de</strong>s:<br />

«Deseo leáis el Camino <strong>de</strong> Perfección <strong>de</strong> <strong>la</strong> bienaventurada santa Teresa, porque os ayudará a<br />

compren<strong>de</strong>r lo que yo tantas veces os he repetido: que no hay que ser <strong>de</strong>masiado puntilloso en el ejercicio<br />

<strong>de</strong> <strong><strong>la</strong>s</strong> virtu<strong>de</strong>s, sino ir directamente, sinceramente, sencil<strong>la</strong>mente, al viejo estilo francés, <strong>con</strong> libertad, <strong>de</strong><br />

buena fe, grosso modo. Porque me dan mucho miedo <strong>la</strong> angustia y <strong>la</strong> me<strong>la</strong>ncolía. No, hija mía, <strong>de</strong>seo que<br />

97

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!