XVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos
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DEMONIOS Y EXORCISMOS.<br />
Lema.-La voluntad divina (C) es el tesoro eterno (A) que sacia a todos (B).<br />
La pureza <strong>del</strong> exorcista según el Padre Gabriele Amorht.<br />
Seny.- El Estado absoluto se siente legitimado para quitarnos el fruto de nuestro<br />
trabajo sin limitación alguna, con toda la frialdad e infalibilidad que quiera y como<br />
árbitro, y lo gasta con la misma arbitrariedad, e incluso en intereses especiales, o<br />
lo despilfarra como con pólvora <strong>del</strong> rey.<br />
“Un famoso exorcista me dijo: A veces el demonio se<br />
divierte revelando los pecados <strong>del</strong> exorcista o de<br />
alguno de los presentes. Por tanto, como puede<br />
imaginar, cuando practicaba exorcismos yo procuraba<br />
estar limpio, muy limpio”.<br />
“Recuerdo varios episodios que me contó el padre<br />
Cándido. Un día un sacerdote le dijo claramente que no<br />
creía en el demonio ni en los exorcismos. El padre<br />
Cándido replicó: “Ven a verlo un día”. Este cura<br />
permaneció en pie, con las manos en los bolsillos. De<br />
pronto el demonio se dirigió a él y le dijo: “tú no<br />
crees en mí, pero crees en las mujeres, vaya si crees<br />
en ellas, el cura retrocedió en dirección a la puerta,<br />
avergonzado, y salió de la sacristía”.<br />
“Mientras el cardenal Poletti escribía el documento<br />
para otorgarme la facultad de exorcizar, yo le pedí a<br />
la Virgen: “Envuélveme en tu manto y protégeme, soy<br />
tuyo”. Me llamo Gabriele, mi patrón es el arcángel y<br />
siento gran devoción por mi ángel de la guarda. Ya ve,<br />
mis defensores son la Virgen, el arcángel Gabriel y mi<br />
ángel de la Guarda. En varias ocasiones los demonios me<br />
han dicho: A ti no podemos hacerte nada, porque estás<br />
muy protegido”.<br />
“Ahora me paso los días aquí dentro y también en<br />
otro lugar, porque aquí, en mi casa, me han prohibido<br />
practicar exorcismos: “No queremos oír gritos, ni que<br />
la gente se asuste”, dicen. Sigo trabajando mañana y<br />
tarde, pero aquí sólo trato a personas que no gritan ni<br />
se ponen furiosos, aunque siempre hago alguna<br />
excepción”.(Padre Gabriele Amoth: Memorias de una<br />
Exorcista, Indice, 010, pg 35).<br />
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