XVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos
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HISTORIA<br />
Lema.-La voluntad divina (C) es el tesoro eterno (A) que sacia a todos (B).<br />
Las guerras de Flandes son confabulaciones<br />
anticatólico-españolas.<br />
Seny.-“Gonzáles se plantó en Irán en 006 para una visita tras la que justificó el<br />
derecho de Irán a la energía atómica” (Rafael L. Bardají).<br />
“Ya salvada la fe contra el enemigo<br />
de fuera, contra el turco. Quedaba el de dentro<br />
todavía”: el destroce protestante.<br />
“El primer sitio donde este enemigo le enseñó la<br />
cara a Felipe II fue en Flandes. Aquello no era un<br />
problema como el de las Comunidades, que con una<br />
represión y accediendo a poner gobernantes <strong>del</strong> país,<br />
sería resuelto. La inquietud de los caballeros<br />
flamencos estaba ocultamente movida por los<br />
protestantes de Inglaterra y por los de Francia, donde<br />
ya había empezado a filtrarse la herejía. No era una<br />
agitación pasajera: era el gran peligro de Europa que<br />
asomaba por allí”.<br />
“Para los protestantes, dueños ya de los países<br />
sajones –Inglaterra, Alemania-, era Flandes la antesala<br />
para invadir los países latinos, o hijos de Roma: para<br />
bajar por Francia, ya medio contagiada, a España y a<br />
Italia. Flandes era para Felipe II, como la coraza con<br />
que tapaba y cubría a España contra los golpes<br />
enemigos. Por Flandes era por donde, a través de<br />
Francia, se metían en España los pocos libros<br />
protestantes que llegaban a ella. Si esto ocurría con<br />
un Flandes, católico y en manos de España, ¿qué iba a<br />
ocurrir con un Flandes independiente y protestante?<br />
“Así, a la luz de su idea general <strong>del</strong> enorme<br />
problema de Europa, veía Felipe II el problema de<br />
Flandes. Y así puso al servicio de él una energía y una<br />
tenacidad, que sólo ahora, comprendiendo cómo él veía<br />
las cosas, parecen explicables. Envió, como gobernador,<br />
al duque de Alba, con órdenes severísimas que el duque<br />
exageró todavía más sobre el terreno. Luego envió<br />
varios otros gobernadores, entre ellos el mismo Don<br />
Juan de Austria, el héroe de Lepanto, y uno de sus más<br />
famosos generales: Alejandro Farnesio. Éste último<br />
obtuvo bastantes victorias contra los flamencos<br />
sublevados. Pero luego, la constante ayuda de<br />
Inglaterra y Francia a éstos, hizo casi inútiles las<br />
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