XVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos
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HAGIOGRAFÍA<br />
Tesis.-Nosotros a Dios siempre le causamos afán misericordioso (A), tanto que<br />
Él mismo se nos da (B). Fuera de Él, sólo vaciedad (C).<br />
Juana de Arco ordena a La Hire que los soldados se<br />
confiesen.<br />
“Todos los soldados que luchen bajo mi andera,<br />
deberán confesarse con el sacerdote y ser absueltos de<br />
sus pecados, y todos los reclutas que admitamos se<br />
comprometerán a asistir dos veces diarias al rezo <strong>del</strong><br />
oficio divino”.<br />
“La Hire se quedó sin habla por un momento y luego<br />
exclamó, profundamente abatido:<br />
-“Por favor, mi Doncella- esos pobres muchachos<br />
míos han estado siempre enfangados en el infierno,<br />
¿asistir a Misa? ¡Vamos, hijita, antes nos matarían a<br />
los dos¡<br />
“Se retiró malhumorado, lanzando maldiciones que<br />
hicieron reír a Juana tan alegremente como cuando<br />
jugábamos en los prados de Domremy. Sin embargo,<br />
ratificó estas órdenes, ante las cuales el veterano<br />
soldado, ratificó estas órdenes, ante las cuales el<br />
veterano soldado hubo de ceder y llevarlas a la<br />
práctica <strong>del</strong> mejor modo posible. Arengó a sus hombres<br />
con una sarta de juramentos aterradora, anunciando que<br />
si alguien se negaba a renunciar al pecado y llevar una<br />
vida piadosa, le arrancaría la cabeza a trompazos. Al<br />
escucharla, Juana se echó a reír otra vez. La verdad es<br />
que se divertía con el carácter de La Hire, pero no<br />
permitió este modo de lograr conversiones. Anunció que<br />
el cambio personal debía ser voluntario. La Hire<br />
replicó que le parecía bien esa noble actitud, pero que<br />
no mataría a golpes a los voluntarios, sino a los<br />
recalcitrantes. Pero tampoco, Juana se negó a maltratar<br />
a nadie: las conversiones se realizarían en completa<br />
libertad”.<br />
“La Hire suspiró, aceptando las órdenes. Así,<br />
pues, anunciaría la necesidad de asistir a Misa, pero<br />
dudaba que libremente, hubiera un solo hombre en el<br />
campamento con más probabilidades de acudir al acto que<br />
las de él mismo: es decir, ningunas”.<br />
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