XVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos
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EJEMPLARES<br />
Tesis.-Nosotros a Dios siempre le causamos afán misericordioso (A), tanto que<br />
Él mismo se nos da (B). Fuera de Él, sólo vaciedad (C).<br />
Lema.-La voluntad divina (C) es el tesoro eterno (A) que sacia a todos (B).<br />
Los intelectuales de la II República española contra<br />
ella.<br />
Seny.-Pablo Castellano, socialista.<br />
“Salta al ruedo el señor Rubalcaba, que compite con el señor Zapatero en méritos<br />
para adquirir el título de mayor embustero <strong>del</strong> reino. Como para creerle. Sobre todo<br />
cuando los hechos no permiten dudar”. (Época, nº 1324).<br />
“Ortega se desentendió pronto de aquel régimen y<br />
denunció a los intelectuales extranjeros que,<br />
desconocedores de España, tomaban posición por las<br />
izquierdas; Marañón, lleno de amargura, fue más duro:<br />
“La República ha sido un trágico fracaso”, y las<br />
izquierdas “han hecho una revolución en nombre de Caco<br />
y de caca (...) todo es en ellos latrocinio, locura,<br />
estupidez”. “Tendremos que estar maldiciendo varios<br />
años la estupidez y la canallería de estos cretinos<br />
criminales y aún no habremos acabado. ¿Cómo poner<br />
peros, aunque los haya, a los <strong>del</strong> otro lado (los<br />
nacionales)? Pérez de Ayala no mostraba menos<br />
indignación: “Cuando se diga de los desalmados<br />
mentecatos que engendraron y luego nutrieron a sus<br />
pechos nuestra gran tragedia, todo me parecerá poco.<br />
Nunca pude concebir que hubieran sido capaces de tanto<br />
crimen, cobardía y bajeza”. El propio Azaña había<br />
descrito a los “republicanos”, de quienes llegó a<br />
sentirse prisionero: “Política tabernaria,<br />
incompetente, de amigachos, de codicia y botín, sin<br />
ninguna idea alta”. Opiniones bien distintas de tantas<br />
que han circulado profusamente sin otro fundamento que<br />
las interpretaciones marxistas o estalinistas de la<br />
escuela de Tuñón de Lara. Al mismo tiempo los “padres<br />
espirituales de la República” certificaban la quiebra<br />
política de la intelectualidad regeneracionista a la<br />
que, de un modo u otro, pertenecían los tres”. (Pio<br />
Moa: Nueva Historia de España, c. 66). No subrayo nada<br />
de Azaña porque fue y necio engreído, cauce para todo<br />
el desastre.<br />
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