XVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos

HISTORIA
El protocolo como litúrgico de Cortés.
Estando levantando la ciudad de Veracruz, recibe a los
embajadores de Moteczuma después de haber dejado de
recibir provisiones y haber mandado encarcelar por
manos totonaques a los recaudadores del mismo
Emperador.
Protestó amistad a Moteczuma y se queja por haber
dejado de recibir ayuda, al tiempo que pedía disculpas
por haber recibido ayuda de los totonaques, que no
podían servir al mismo tiempo a dos señores. Agradeció
los presentes enviados por el Emperador. Y les hizo
esperar para una recepción por todo lo alto.
Posiblemente en la misma mañana estaría acarreando
materiales en la construcción como uno más.
“Obra maestra de diplomacia y representación fue
toda esta recepción de la embajada por parte de Cortés.
Cuando le anunciaron la llegada de los embajadores, se
hizo traer una silla de espaldas y rodear de todos sus
capitanes, descubiertos, de dos en dos, de sus pajes y
de un Alférez abanderado, dando orden además de que se
hiciesen esperar a los embajadores hasta que él
estuviera dispuesto a recibirlos. Nada de vanidad: el
hombre que así hacía aguardar a los embajadores para
recibirlos con majestad casi real había estado llevando
piedra y arena para la construcción de la ciudad quizá
aquella misma mañana; sólo uno de sus toques finales de
artista humano que Cortés ponía siempre en todo cuanto
hacía”. Los totonaques que esperaban contemplar la
venida de un ejército a combatir se pasmaban ante
semejante escena.
ESCRITURA
“A Moab por tres delitos y por el cuarto, no le
perdonaré: porque consumió con cal los huesos del rey
de Edom, enviaré fuego sobre Moab, que devorará los
palacios de Queriot; Moab morirá en el tumulto bélico,
entre alaridos y toques de trompeta; aniquilaré en
medio de ella al gobernante y mataré con él a los
príncipes”. (Am 1).
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