XVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos

SALIDA
Los deberes terrenales como oportunidad para amar a
Dios.
El año 1943 se leyó a unos caballeros que hacían
ejercicios espirituales en Fátima una carta de Lucia
que decía que la penitencia que Dios quiere consiste en
”el sacrificio que cada persona debe imponerse a sí
misma para el cumplimiento del propio deber y la
observancia de su ley”.
Mons. Javier Echeverría y la postcomunión
“En esos pocos minutos en los que Jesús se
encuentra presente, se realiza la unión más íntima que
cabe imaginar entre el Creador y la criatura. Y esa
unión se prolonga luego durante la jornada, gracias al
Espíritu Santo. Jesús en la Eucaristía no sólo no nos
rechaza sino que al entregársenos como alimento nos
identifica con Él: deseemos que sea Éste nuestro
vivir”.
El Rosario como fuente de gracias. Palabras de Lucía
“Más importante que el Rosario es el sacrificio, y
la Virgen María entiende por sacrificio el fiel
cumplimiento del deber diario; el Rosario es importante
porque tenemos que rezar para ser capaces de cumplir
fielmente nuestros deberes. Los primeros sábados son
importantes porque al cumplirlos la gente se limpia de
sus pecados una vez al mes, y renueva el propósito de
cumplir sus deberes cotidianos” 2, VII, 1946).
La Consagración a la Santísima Virgen.
Precedentes de las consagraciones a María son las
dedicaciones a la Virgen. En el Santuario de Guadalupe
nos encontramos con los “servidores perpetuos”; la
“esclavitud mariana” expuesta por San Luis María
Girgnón de Monfort; las órdenes religiosas dedicadas a
la Virgen como los carmelitas y mercedarios; la
prolamaciones de patrocinio de la Virgen: patrona de
asociaciones, ciudades, reinos”.
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