XVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos
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HAGIOGRAFÍA<br />
Tesis.-Nosotros a Dios siempre le causamos afán misericordioso (A), tanto que<br />
Él mismo se nos da (B). Fuera de Él, sólo vaciedad (C).<br />
Lema.-La voluntad divina (C) es el tesoro eterno (A) que sacia a todos (B).<br />
Catalina y la conversión de unos feroces y crueles<br />
ladrones. Sobre el año 1371.<br />
Seny.-“El Tea Party surgió en torno a principios y valores fundamentales, no a<br />
partidos, y su finalidad no era dar o quitar el poder a ninguno de ellos; de hecho,<br />
éstos se están acabando por adecuar a aquellos”. (Época nº 1333).<br />
“Aquel mismo invierno estaba Alessia (viuda con la<br />
que vivía Catalina) mirando por la ventana a la calle.<br />
De pronto gritó: “¡Oh madre, qué terrible espectáculo<br />
aquí mismo, frente a nuestra puerta¡ Llevan en dos<br />
carretas a dos condenados a muerte. Han sido condenados<br />
a morir torturados con hierros candentes”.<br />
“Eran dos famosos ladrones que, por fin, habían sido<br />
apresados y juzgados. La lista de sus <strong>del</strong>itos era tan<br />
espantosa que habían sido condenados a morir en medio<br />
de horrorosos tormentos. Aquel día fueron llevados por<br />
toda la ciudad. Iban de pie, cada uno en su carreta,<br />
atados con cadena a una estaca, mientras que el verdugo<br />
les iba pinchando con garfios de hierro candentes y les<br />
arrancaba a trozos de carne con tenazas puestas al<br />
rojo. En lugar de gritar y pedir a los espectadores que<br />
intercedieran por ellos, como hacían la mayoría de los<br />
malhechores al ser conducidos al lugar de la ejecución,<br />
aullaban los malditos y bramaban contra Dios de tal<br />
manera que todos los que los oían temblaban de<br />
espanto”.<br />
“Catalina miró por la ventana un momento, no por<br />
curiosidad, sino por compasión. Luego se retiró y se<br />
refugió en la oración. Con todo el fervor de su alma<br />
pedía a su Amado que ayudase a aquellos infelices. “Tú<br />
salvaste al ladrón que pendía en la cruz a tu lado, a<br />
pesar de estar condenado justamente por sus <strong>del</strong>itos.<br />
Salva entonces a estos dos infelices, que fueron<br />
creados a tu imagen y redimidos con tu preciosa sangre.<br />
¿O vas a dejar que sufran primero estos terribles<br />
tormentos antes de morir y que después vayan a las<br />
eternas penas <strong>del</strong> infierno?” Así, dice Raimundo, pedía<br />
Catalina misericordia a Aquél cuya voluntad es que le<br />
pidan que Él se compadezca. Catalina pudo seguir en<br />
espíritu a los condenados en su último y espantoso<br />
viaje”.<br />
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