XVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos

HAGIOGRAFÍA
Tesis.-Nosotros a Dios siempre le causamos afán misericordioso (A), tanto que
Él mismo se nos da (B). Fuera de Él, sólo vaciedad (C).
Lema.-La voluntad divina (C) es el tesoro eterno (A) que sacia a todos (B).
La conversación entre Don Bosco y Domingo Sabio.
Seny.-Mario Conde y los personajes de la vida pública.
“Mediante el mecanismo de la inducción vehiculada a través de los medios de
comunicación social se fabricaba un muro de ignorancia. Los espñaoles consumían una
España virtual: las conductas de los dirigentes, sus actos, conversaciones,
pensamientos reales, decisiones auténticas, motivaciones profundas, permanecían
ocultas a la opinión. Sus actos ilegítimos, también”.(Epoca, nº 1324).
“Era el primer lunes de octubre por la mañana,
cuando –dice don Bosco- a un niño acompañado de su
padre que se acerca para hablarme. Su cara alegre, su
aire sonriente pero respetuoso, atrajeron mi mirada.
-¿Qué quieres? –le dije- ¿de dónde vienes?
-Yo soy Domingo Savio, de quien ya le ha hablado
Cugliero, y venimos de Mondonio.
Entonces le llamé aparte, y puestos a hablar de los
estudios hechos, y sobre la vida que llevaba, entramos
enseguida en plena confianza, él conmigo y yo con él.
Vi en aquel jovencito un corazón según el espíritu
del Señor, y quedé pasmado al considerar los trabajos
que la gracia divina había operado en tan tierna edad.
Después de un buen rato de conversación, y antes de
que yo llamase a su padre, me dijo estas textuales
palabras:
-Y bien, ¿qué le parece? ¿Me lleva usted a Turín
para estudiar?
-Ya veremos. Me parece que bueno es el paño.
-¿Y para qué podrá servir el paño?
-Para hacer un buen traje y regalárselo al Señor.
-Pues si yo soy el paño, sea usted mi sastre.
Lléveme con usted y hará un buen traje par el Señor.
-Pero, cuando tú hayas terminado las clases de
latín, ¿qué quieres ser?
-Si el Señor me quiere conceder una gracia tan
grande, quiero con toda mi alma ser sacerdote.
-Muy bien: voy a probar si tienes suficiente
capacidad para estudiar. Toma este librito, estudia
esta página y mañana vuelves a dármela”. Resultó que al
poco rato la repetía de memoria y entendiendo. Lo
acepta y dice: “espero portarme de tal modo que jamás
tenga que lamentarse de mi conducta”. (Teresio Bosco:
Don Bosco).
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