XVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos
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HISTORIA<br />
El juicio que <strong>del</strong> pueblo se hace Fersen por el<br />
ajusticiamiento de María Antonieta.<br />
Stephan Zweig: María Antonieta.<br />
“Desde aquella jornada de Varennes, odia al pueblo<br />
porque le ha arrebatado a su reina, considerándolo como<br />
vil populacho y miserable canalla, y el pueblo<br />
corresponde odiando cordialmente a este aristócrata.<br />
Secretamente hacen circular sus enemigos que este<br />
insolente señor feudal quiere llegar a ser rey de<br />
Suecia para vengarse de Francia arrastrando a la nación<br />
a una guerra. Y cuando en junio de 1810 el heredero <strong>del</strong><br />
trono de Suecia fallece súbitamente, extiéndese por<br />
todo Estocolmo de un modo no explicado el rumor salvaje<br />
y amenazador de que el mariscal de la nobleza Von<br />
Fersen lo ha quitado de en medio con un veneno para<br />
apoderarse él mismo de la corona. Desde este momento,<br />
la vida de Fersen está tan amenazada por la cólera <strong>del</strong><br />
pueblo como la de María Antonieta durante la<br />
Revolución. Por eso los amigos leales advierten el día<br />
<strong>del</strong> entierro a aquel hombre obstinado habiendo oído<br />
hablar de toda especie de planes que no debe tomar<br />
parte en la solemnidad, sino permanecer prudentemente<br />
en su casa. Pero el 20 de junio, el día misterioso <strong>del</strong><br />
destino de Fersen: una oscura voluntad le impulsa a<br />
cumplir con el hado presentido antes. Y este 20 de<br />
junio, en Estocolmo, ocurre exactamente lo mismo que 18<br />
años antes habría ocurrido en París si la muchedumbre<br />
hubiese encontrado a Fersen como acompañante en el<br />
coche de María Antonieta; apenas la carroza ha salido<br />
<strong>del</strong> palacio, cuando un populacho furioso rompe el<br />
cordón de tropas, arranca, con sus puños, <strong>del</strong> carruaje<br />
al encanecido señor y lo remata indefenso, a fuerza de<br />
bastonazos y pedradas. El cuadro imaginado para el 20<br />
de junio se ha cumplido; Fersen es destrozado por aquel<br />
mismo elemento, salvaje e indomable, que llevó al<br />
cadalso a María Antonieta: sangriento y mutilado,<br />
<strong>del</strong>ante de la casa municipal de Estocolmo, yace el<br />
cadáver <strong>del</strong> bello Fersen, el último paladín de la<br />
última reina. La vida pudo unirlos; pero murió,<br />
siquiera como por ella en día fatídico para ambos, de<br />
una simbólica muerte”.<br />
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