XVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos
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HAGIOGRAFÍA<br />
Tesis.-Nosotros a Dios siempre le causamos afán misericordioso (A), tanto que<br />
Él mismo se nos da (B). Fuera de Él, sólo vaciedad (C).<br />
Lema.-La voluntad divina (C) es el tesoro eterno (A) que sacia a todos (B).<br />
Ceferino, El Pelé, elevado a los altares.<br />
Seny.-Pablo Castellano, socialista.<br />
“Los pregresistas no tienen pasado, tienen mucha memoria histórica, para recordar a<br />
los otros sus colaboracionismo con la dictadura y sus inocultables crímenes, pero no<br />
los crímenes cometidos en nombre de la igualdad y la democracia, con la mirada puesta<br />
en los mo<strong>del</strong>os en los que nunca hubo rastro de estas. No tienen memoria de lo que<br />
decían hace 40 años, ni de sí mismos y su desvergüenza. Lo son de etiqueta”. (Época nº<br />
1352).<br />
“Era el verano de 1936. Había milicianos por todas<br />
partes. Eran la Policía y el Ejército, los tribunales y<br />
la ley. El día de Santiago, El Pelé –así conocían los<br />
suyos a Ceferino- paseaba por las calles de Barbastro,<br />
localidad <strong>del</strong> Somontano oscense. A Plena luz <strong>del</strong> día,<br />
seguros de su impunidad, un grupo de milicianos<br />
golpeaba salvajemente a un sacerdote. Ceferino sabía lo<br />
que aquel comportamiento presagiaba: la detención, la<br />
tortura y el fusilamiento. Los viandantes desviaban la<br />
mirada, temerosos. Pero Ceferino no. “¡Qué valientes¡ -<br />
se encaró con ellos-. Tanta gente para poner preso a un<br />
cura...”. Encontraron los valientes un rosario en uno<br />
de los bolsillos <strong>del</strong> Pelé, de modo que lo enviaron al<br />
convento de las Capuchinas, junto con el sacerdote.<br />
Otros 350 presos aguardaban allí su previsible final.<br />
“El Pelé fue un hombre enamorado de la fe católica.<br />
Aunque todos sabían que era analfabeto, muchas personas<br />
le confiaban sus cuitas. Alcanzó fama de ser hombre de<br />
paz, pleno de sentido común y sabiduría, hasta el punto<br />
de que fue nombrado representante de las cofradías de<br />
la ciudad y de que el obispo Asensio le consultara en<br />
alguna ocasión. A los 40 años ingresó como laico en la<br />
Orden Franciscana Seglar. Además, había adoptado a una<br />
de las sobrinas de su esposa como hija, considerándola<br />
siempre como propia. Creyente desde su primera<br />
adolescencia, quiso con apenas 14 años contraer<br />
matrimonio según la Iglesia –y no solamente de acuerdo<br />
con el rito gitano-, pero no había descendencia.<br />
Ceferino, comerciante de profesión, viajaba montado<br />
sobre un caballo recorriendo la comarca, de feria en<br />
feria. Reconocía las dificultades que entrañaba<br />
cultivar la virtud en este desempeño profesional: “Es<br />
difícil ser comerciante sin pecar”, decía.<br />
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