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XVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos

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HISTORIA<br />

Cuando cesó la carnicería de Ciudad de Méjico.<br />

Salvador de Madariaga: Hernán Cortés. p. 452.<br />

“Era el 13 de agosto de 1521. Al borde de la<br />

laguna Cortés aguardaba a su real prisionero que<br />

desembarcó entre Sandoval y García Holguín seguido de<br />

numeroso séquito. Guatemocín (el rey sucesor) se<br />

inclinó ante Cortés con profunda reverencia. Cortés le<br />

abrazó y le hizo sentarse a su lado. ”Malinche –dijo a<br />

su vencedor el vencido- he hecho todo lo que de mi<br />

parte era obligado para defenderme a mí y a los míos,<br />

hasta venir en este estado. Ahora haz de mí lo que<br />

quieras”. Echó mano de un puñal que llevaba Cortés y<br />

dijo: ”Dame de puñaladas y mátame” y el desdichado<br />

rompió a llorar. Cortés le contestó “muy amorosamente”<br />

que por haber sido valiente y defendido su ciudad tenía<br />

en mucho más su persona aunque hubiera deseado evitar<br />

tanta destrucción y tanta muerte y que pues ya era<br />

pasado lo uno y lo otro, descansase su corazón y el de<br />

sus capitanes. Preguntole dónde estaba su mujer y las<br />

demás señoras, las hizo buscar y atender, y luego como<br />

comenzase a llover los llevó a todos a su cuartel<br />

general en Cuyoacán”.<br />

“Quedaron los soldados solos y entonces sintieron<br />

caer sobre ellos un silencio abrumador como si de<br />

súbito se hubiesen quedado sordos. Llevaban noventa y<br />

tres días en estrépito continuo de explosiones,<br />

llamadas al arma, órdenes, golpes, gritos de la<br />

víctimas, y el lúgubre redoble <strong>del</strong> tambor sagrado; y de<br />

un solo golpe todas aquellas vociferaciones estentóreas<br />

de Vichilobos, el feroz dios de la guerra, había caído<br />

en le silencio. La paz les colgaba de las manos ociosas<br />

y les abrumaba el pecho con su quietud. Los soldados<br />

españoles se quedaron solos con sus pensamientos en las<br />

aulas silenciosas de sus almas”.<br />

ESCRITURA<br />

“Todo asunto se resolverá basándose en la<br />

declaración de dos o tres testigos. Tendré la prueba<br />

que buscáis, de que Cristo habla por mí; y Él no es<br />

débil con vosotros, sino que muestra Su poder entre<br />

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