XVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B ... - Autores Catolicos

HISTORIA
De cómo esa Roma que regateaba el imperio de la
justicia y la fiel conformación de sus grandes
instituciones a su imperio divino, se ve abocada, a
cambiar el reinado supremo de la justicia (tantas veces
negada) a un dictador, al Emperador. Se está
esclavizando por haber sido infiel, corrupta, y felona.
De hecho para la erradicación de la piratería, Gabinio
pide unos cambios que embarcarán a Roma en su declive
sempiterno.
“Un nombre estaba ya en todos los labios: el de
Pompeyo, hacia quien la opinión unánime se volvía como
hacia un libertador; y, en cuanto al fondo, la moción
de Gabinio formaba como una mezcla detonante de
disposiciones subversivas; ampliaba de uno a tres años
la duración del mando; destruía el dogma fundamental de
la separación de las magistraturas y del “imperium” en
las provincias; sometía a Italia y en Italia a la
propia Roma, a un poder proconsular ilimitado que los
emperadores, a lo largo de dos siglos, aparentaron no
ejercer. En realidad, la ley, si se aprobaba,
entregaría la República a la autoridad de un solo
hombre. Durante tres años al menos la ley haría de
Pompeyo un monarca en cuyas manos el Senado y el pueblo
depositarían sin control sus prerrogativas, sus
libertades y sus tesoros”. Se vota en enero del 67.
(Jerome Carcopino: Julio César, Rialp 08, p 100).
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