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La ultima morada. Zona Prohibida.

¡La búsqueda ha terminado! Un grupo de viajeros extraterrestres ha arribado a la Tierra con intenciones desconocidas. Maravillados por la hermosura del planeta deciden descender a investigar; mientras, en el bosque Amazónico, el comandante de operaciones John Waterstone lidera un proyecto secreto del gobierno de los Estados Unidos, pero todo sale mal para las dos partes involucradas... Por otra parte, Miguel ha confirmado el diagnostico de su enfermedad, sin saber que pronto cambiará todo en su vida. ¿Qué les depara el destino a estos seres? ¿Cuáles son sus intenciones? ¿Quienes son y de donde provienen? ¿Cómo y por qué cambiará la vida de Miguel?

¡La búsqueda ha terminado! Un grupo de viajeros extraterrestres ha arribado a la Tierra con intenciones desconocidas. Maravillados por la hermosura del planeta deciden descender a investigar; mientras, en el bosque Amazónico, el comandante de operaciones John Waterstone lidera un proyecto secreto del gobierno de los Estados Unidos, pero todo sale mal para las dos partes involucradas... Por otra parte, Miguel ha confirmado el diagnostico de su enfermedad, sin saber que pronto cambiará todo en su vida. ¿Qué les depara el destino a estos seres? ¿Cuáles son sus intenciones? ¿Quienes son y de donde provienen? ¿Cómo y por qué cambiará la vida de Miguel?

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universitario? Tengo muchas dudas y no sé qué hacer, no tengo que ver para saber que<br />

me espera un futuro de mierda y…<br />

- ¡Calma, Miguel! No pienses que estás solo en esto. No digas “cómo haré”, sino “cómo<br />

haremos”. Ahora tienes que enfocarte en no incapacitarte, como dijo el doctor. Y después,<br />

con el tiempo, iremos juntos resolviendo todo, paso a paso. Recuerda como juntamos la<br />

plata para tu examen, así nos moveremos, mas no te desgastes pensando en todo lo que<br />

viene, no vale la pena.<br />

- Sí, sé que cuento con tu apoyo, Abu. Pero no quiero incomodarte ni pedirle limosnas a<br />

nadie. A esta edad debería ser independiente, valerme por mí mismo. Además, ¿y si no<br />

puedo aprender a leer braille?, ¿Si no puedo valerme por mi mismo para desplazarme?,<br />

¿Cómo trabajaré así? Nadie me contratará en esas condiciones – sollozó Miguel, dejando<br />

escapar unas lágrimas de sus enfermos ojos.<br />

- No te adelantes. No asegures que no lograrás cosas sin haberlo intentado. Calma, no llores.<br />

Por eso te digo, avancemos juntos en esto, paso a paso, viviendo el día a día. Si pudiste<br />

sacar adelante esos ramos de la universidad que tanto te costaban, también podrás salir<br />

adelante en esto. Lo sé y deberías saberlo tú igualmente. Confía en ti y en el futuro, Dios<br />

nos ayudará.<br />

El microbús había llegado al paradero. Le hicieron parar y se subieron, pagando el viaje con sus<br />

tarjetas. El transporte iba lleno; sin embargo, una muchacha le cedió el puesto a Mirta, mientras<br />

que Miguel se fue de pie, agarrado del asiento en que iba sentada su abuela. El viaje duró unos 45<br />

minutos, tiempo en el cual Mirta se relajó y durmió, siendo custodiada por su nieto de los<br />

zarandeos producidos por los baches del camino. Al bajarse del medio de transporte, pasaron a la<br />

panadería de su pasaje para comprar pan y algo para acompañar la cena.<br />

<strong>La</strong> calle camino a su casa era ancha, permitiendo que los niños de la cuadra jugasen futbol por las<br />

tardes. <strong>La</strong> pared exterior del hogar de Mirta estaba pintada de color rojo granate y su puerta de<br />

entrada era de madera de roble, barnizada para resaltar su tonalidad natural, mostrando varias<br />

cicatrices en su superficie, hechas hace muchos años. Al lado izquierdo de la entrada había una<br />

ventana con marco de aluminio, cubierta con una protección metálica. Sobre el pórtico sobresalía<br />

una pequeña terraza, de casi un metro y medio cuadrado, que comunicaba la habitación de Miguel<br />

con el exterior, lugar de relajo del joven donde salía a refrescarse en las calurosas noches de<br />

verano.<br />

<strong>La</strong> casa contaba con 3 habitaciones, dos en el segundo piso –una de ellas estaba llena de cajas,<br />

ropas de invierno, equipos defectuosos y herramientas– y un baño en la planta baja, al lado de la<br />

pieza de Mirta. <strong>La</strong> cocina estaba junto al comedor, no habiendo diferenciación entre los dos, y<br />

estaba comunicada con un pequeño patio trasero, en el que colgaban la ropa recién lavada. El piso<br />

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