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Errores-fundamentales-del-romanismo

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100 CLAUDIO GUTIÉRREZ MARÍN<br />

Únicamente a Cristo concedió el Padre: "toda potestad<br />

sobre los cielos y la tierra". Insistimos, únicamente a<br />

Cristo, El Papa, al ser substituto de Cristo, hace ostentación<br />

<strong>del</strong> mismo poder. Investido, según el <strong>romanismo</strong>,<br />

con la potencia <strong>del</strong> Espíritu Santo, su santidad, su sabiduría,<br />

su infalibilidad radican en él de un modo permanente<br />

y exclusivo.<br />

Es cierto que Cristo dejó como representantes suyos<br />

en la tierra a sus discípulos. Así Él dijo: "El que os recibe<br />

a vosotros, a mí recibe; y el que a mí recibe, recibe<br />

al que me envió". Y también: "El que a vosotros oye, a<br />

mí oye; y el que a vosotros desecha a mí desecha". (Sn.<br />

Mateo, cap. 10:40).<br />

Oír, recibir o rechazar a uno de sus enviados equivale<br />

a hacer lo mismo con Cristo. Sin embargo, la afirmación<br />

de Cristo no se refiere a uno solo, sino a todos los apóstoles.<br />

De tal suerte que, recabar para sí, uno solo y no<br />

todos, esta potestad significa limitar y hacer inútil la<br />

aseveración<br />

cristiana.<br />

También Cristo señaló a sus representantes en la tierra<br />

por medio de una vigorosa parábola, conocida vulgarmente<br />

bajo el nombre de "Parábola <strong>del</strong> Juicio Final".<br />

En ella Cristo dice: "Todo cuanto hicisteis a uno de estos<br />

mis hermanos pequeñitos, a Mí lo hicisteis". ¿Quiénes<br />

eran estos hermanos pequeñitos? La parábola lo aclara:<br />

los hambrientos, los sedientos, los solitarios, los desnudos,<br />

los enfermos, los prisioneros. Éstos, dice Él, son sus<br />

representantes, de tal modo que hacer por ellos alguna<br />

cosa es hacerlo por el mismo Cristo. Servirles, sacrificarse<br />

por ellos, hacerles un bien es hacérselo al mismo<br />

Cristo. De este modo, al identificarse Cristo con la Humanidad<br />

sufriente, lanza audazmente un reto a la mente<br />

cristiana, invitándola a realizar, por amor a Él, toda<br />

clase de beneficios al mundo.

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