Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
170 CLAUDIO GUTIÉRREZ MARÍN<br />
Celestial a quien de mil maneras distintas ofendemos todos<br />
los días, aun los más santos de la tierra ... y después<br />
al padre terreno, al hombre, a nuestro padre o madre,<br />
hermano o hermana, conocido o desconocido, a quien<br />
hemos faltado con el pensamiento, con la palabr^ o con<br />
los hechos . . . Esos dos seres son quienes deben perdonarnos<br />
y a ellos hemos de confesar nuestro pecado, porque<br />
fuera de ellos no hay nadie más que tenga derecho<br />
de oir nuestra confesión ni tenga potestad para perdonarnos<br />
. . . Dios nos perdonará si le confesamos nuestros<br />
pecados cometidos contra Él, como perdonó amphamente<br />
el padre de la parábola al hijo pródigo arrepentido, esperanzado<br />
y lleno de angustia y miseria ... y también el<br />
hombre, el hermano, debe perdonarnos, porque es su deber,<br />
porque si no nos perdonase "hasta setenta veces<br />
siete", tampoco Dios le perdonará.<br />
Esta es la confesión cristiana, la única confesión que<br />
debe ser practicada por nuestras conciencias arrodilladas.<br />
Implorar el perdón de Dios y el perdón de la persona<br />
a quien hemos causado un daño irreparable por culpa<br />
de nuestros pensamientos desorientados,<br />
de nuestras pasiones<br />
envilecidas, de nuestra maldad congénita que trajimos<br />
al mundo y que, como un pesado fardo, nos acompaña<br />
y nos obliga a claudicar tantas veces para desgracia<br />
nuestra.<br />
Esta fue la predicación de Juan el bautista en las<br />
orillas <strong>del</strong> Jordán, cuando se acercaron a él toda clase<br />
de gentes confesando sus pecados, no al oído <strong>del</strong> profeta<br />
ni para recibir su absolución sino para poner en práctica<br />
la palabra de fuego <strong>del</strong> bautista: "Arrepentios, porque el<br />
reino de los cielos se ha acercado ... Y eran bautizados