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un espantapájaros denigrante ante el<br />
TRADICIONALISMO 143<br />
que no caben inclinaciones<br />
respetuosas sino anhelos de destrucción definitiva.<br />
En la fe hay que buscar ante todo la verdad, la expresión<br />
exacta de la voluntad divina y esa verdad, el<br />
propio <strong>romanismo</strong> afirma que se encuentra contenida en<br />
las Sagradas Escrituras. Sigamos, pues, ese credo heredando<br />
la fe de Cristo transmitida fielmente por aquellos<br />
que tuvieron el privilegio de compartir físicamente con Él<br />
el pan de la vida y el vino generoso <strong>del</strong> amor.<br />
Sabemos cuánto ha dañado a muchos el seguir ciegamente,<br />
por conveniencia, temor o inercia irresistible el camino<br />
trillado de las pasadas generaciones. Sabemos cómo<br />
la misma ciencia se ha visto asediada en su lucha difícil,<br />
una y mil veces, por la tradición religiosa decadente y<br />
enfermiza. La ciencia, como el hombre, no puede vivir sin<br />
libertad. La ciencia necesita libertad para investigar, libertad<br />
para expresarse, libertad para mostrar sus descubrimientos.<br />
Ya pasó a la historia la triste frase de Don<br />
Quijote, cuando al tropezar en su camino con una procesión<br />
hubo de ordenar a Sancho su escudero: "Con la<br />
Iglesia hemos tropezado, amigo Sancho" ... "Y bueno<br />
será volvernos por otro<br />
camino."<br />
Vivimos en una época en donde la libertad personal y<br />
colectiva debe ser y tiene que ser profundamente respetada.<br />
Basta ya de mordazas ridiculas y esclavizantes. Que<br />
cada conciencia siga la senda que le dicte su propio conocimiento<br />
y su propia fe. Que cada alma, sin temores ni<br />
odios, se pueda acercar al altar de la verdad y colocarse<br />
al servicio de lo bueno y de lo justo, de lo noble y de lo<br />
santo sin tener que sentir a su espalda el hálito de la<br />
tiranía religiosa o <strong>del</strong> anatema infamante.<br />
Sea Dios quien hable a cada alma y despierte en cada<br />
conciencia. Sea Dios quien dicte al mundo el camino de la<br />
verdadera fe.