Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
20 CLAUDIO GUTIÉRREZ MARÍN<br />
nes nacionales; pero su respeto hada la Ley ha sido, es<br />
y será totalmente ciego.<br />
Presentar en su contra los famosos querubines labrados<br />
sobre el Arca de la Alianza por orden divina es pretender<br />
arrojar puñados de arena sobre los ojos abiertos<br />
de un pueblo, cuyo culto, jamás careció de absoluta espiritualidad.<br />
Porque los querubines <strong>del</strong> Arca, considerados<br />
por el <strong>romanismo</strong> como un desacato a la ordenanza<br />
divina, ni fueron esculpidos para ser adorados o recibir<br />
el homenaje piadoso de las gentes, ni jamás fueron presentados<br />
en el templo como objeto de culto grande ni<br />
pequeño. Con sus alas abiertas sobre el Arca, en ademán<br />
de protección sagrada, figuraron siempre como ornamento<br />
escultórico de la misma, sin definir, por otra parte, la<br />
personalidad<br />
<strong>del</strong> algún ser determinado.<br />
Buscar otra nueva condena en la simbólica serpiente<br />
de metal, levantada por Moisés sobre las ardientes arenas<br />
<strong>del</strong> desierto y considerarla como una imagen religiosa<br />
es desconocer totalmente la historia y las costumbres de<br />
aquellos tiempos. Cierto que la serpiente crucificada y<br />
puesta frente al pueblo, trágicamente mordido por serpientes<br />
ponzoñosas, debía atraer las miradas de angustia<br />
de los atacados por el mal y que la orden de fijar en ella<br />
sus ojos fue dada por el mismo Moisés a su pueble; pero,<br />
¿acaso podrá olvidarse que fue costumbre egipcia (y de<br />
Egipto procedía el pueblo de Israel liberado), la de crucificar<br />
a los animales venenosos y dañinos presentándolos<br />
así' crucificados, ante las gentes? ... Y el hecho de<br />
mirar fijamente al animal crucificado ¿no serviría para<br />
hacer pensar y creer al pueblo, seriamente dañado por la<br />
picadura de los reptiles, que el mal quedaba conjurado<br />
por el poder divino y que debían confiar en la misericordia<br />
de Dios, siempre más potente y eficaz que la morde-