You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
TRADICIONALISMO 141<br />
tos a la férula absurda <strong>del</strong> <strong>romanismo</strong> cuando este fue<br />
dueño y señor de almas y vidas, no les hace ser responsables<br />
de su error o su ignorancia; pero tampoco les<br />
convierte<br />
en árbitros infalibles y<br />
exigentes de la fe en sus<br />
descendientes. Ellos creyeron a su modo y admitieron como<br />
verdad lo que su Iglesia les enseñó. Ellos son únicamente<br />
responsables de sí mismos, como nosotros lo somos<br />
de nosotros mismos. Yo no me salvaré o condenaré<br />
por la fe de mis padres, sino por mi propia fe. Es preciso<br />
que todos comprendan esto: la fe es personal, lo mismo<br />
que la conciencia, la salvación, la condenación y la vida<br />
misma. Si pues la fe es un asunto privado, le corresponde<br />
al sujeto examinar la verdad y pureza de su contenido,<br />
aceptándolo o rechazándolo según su criterio, su juicio<br />
propio, su experiencia íntima, su estudio detenido sin fijarse<br />
en si<br />
esa decisión suya está o no de acuerdo con el<br />
camino seguido por los<br />
demás.<br />
No ofendemos a nuestros antepasados pensando, creyendo,<br />
sintiendo o viviendo de un modo diferente al suyo.<br />
No les abandonamos al olvido cuando acertamos a vivir<br />
de otro modo distinto al suyo. Ni siquiera Ies criticamos<br />
ni vituperamos en su modo de pensar, sentir o creer. Les<br />
dejamos simplemente con su responsabilidad y con su<br />
época y bendecimos a Dios, porque Él nos despertó en<br />
medio de otros horizontes de fe más puros, más verdaderos<br />
y más suyos. Creemos que si nuestros antepasados<br />
hubieran conocido a fondo el <strong>romanismo</strong> y su discrepancia<br />
evidente con la verdadera fe, como nosotros hemos llegado<br />
a comprenderlo y a saberlo,<br />
ellos no seguirían siendo romanistas.<br />
Lo fueron por no conocer otra cosa mejor, por<br />
no poder abrir sus ojos a un cielo más prometedor y más<br />
santo. Porque, a pesar de la opinión nefasta <strong>del</strong> <strong>romanismo</strong><br />
sobre quienes no siguen el mandamiento de su tradición,<br />
nosotros podemos decir con el apóstol Pablo: