El-Sistema-penitenciario-salvadoreño-y-sus-prisiones
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<strong>El</strong> sistema <strong>penitenciario</strong> <strong>salvadoreño</strong> y <strong>sus</strong> <strong>prisiones</strong><br />
Dado que, en muchos casos, las edificaciones donde se habilitaron los centros penales<br />
son muy antiguas, pero además no fueron diseñadas para funcionar como cárceles y albergar<br />
a tal número de personas, los techos, el sistema de tuberías de aguas negras, aguas lluvias<br />
y el sistema eléctrico están a punto de colapsar. En el caso de los sistemas de drenaje, las<br />
estructuras son tan obsoletas, que necesitan ser cambiadas en su totalidad. <strong>El</strong> número de<br />
duchas e inodoros es limitado en la mayoría de centros penales y muchos de ellos no se<br />
encuentran funcionando.<br />
[Hay] infraestructuras que son patrimonios culturales, que no [se pueden] modificar absolutamente<br />
[en] nada, como es el centro penal de San Miguel, […] el de Sonsonate […] [no se pueden modificar]<br />
porque han sido declarados así (Especialista 1).<br />
<strong>El</strong> mal estado de los techos de algunos centros provoca filtración de agua hacia el<br />
interior de los recintos. En época de invierno, no solo se filtra el agua hacia las celdas, sino<br />
que, producto de la mala infraestructura y el colapso de las aguas lluvias y negras, hace que<br />
sectores completos se inunden.<br />
Un caso emblemático de las graves condiciones de insalubridad es el centro penal de<br />
San Miguel, que alberga más de 1400 reclusos y que, hasta muy recientemente, solo contaba<br />
con 2 o 3 inodoros en buen funcionamiento y 80 agujeros que servían como excusados.<br />
Además del mal olor con el que los internos tenían que convivir, se había producido una<br />
plaga de insectos y roedores, lo que favoreció la proliferación de enfermedades.<br />
A la vez, existen penales donde no hay un suministro regular de agua, lo que afecta e<br />
incide en gran medida en la prevalencia de enfermedades. Fuentes entrevistadas señalan que<br />
el Centro de Readaptación para Mujeres de Ilopango es uno de los que más sufre la falta de<br />
agua potable, producto de una mala distribución y de su diseño original al momento de su<br />
construcción.<br />
<strong>El</strong> sistema de agua potable nunca fue diseñado para esa cantidad de gente. Igual, Mariona. No fue<br />
diseñado para cinco mil internos. Entonces, la tubería, en Cojute[peque], la tubería ya data de los años<br />
1930 o 1934 [cuando] construyeron ese cuartel. Entonces, las tuberías son de esa época. Tal vez se ha<br />
reparado algún pedacito de la tubería, pero igual […] (Especialista 2).<br />
Otra situación que se convierte en un inminente peligro para las personas privadas de<br />
libertad es el mal estado de las conexiones eléctricas en los recintos carcelarios. En muchos<br />
casos, el sistema eléctrico ha sido modificado en <strong>sus</strong> instalaciones originales por los propios<br />
internos, es decir, han improvisado conexiones eléctricas para cargar teléfonos celulares y<br />
otros aparatos eléctricos. Tales modificaciones son propicias para que ocurran accidentes que<br />
pongan en riesgo la vida por alguna descarga eléctrica o por posibles incendios ocasionados<br />
por cortocircuitos.