El-Sistema-penitenciario-salvadoreño-y-sus-prisiones
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<strong>El</strong> sistema <strong>penitenciario</strong> <strong>salvadoreño</strong> y <strong>sus</strong> <strong>prisiones</strong><br />
superan en más de ocho veces la capacidad instalada de los centros. <strong>El</strong> Pabellón Psiquiátrico<br />
tiene una capacidad para 12 personas y en 2014 llegó a albergar a 113 internos, con el<br />
agravante que se trata de personas que adolecen de trastornos mentales (Iudop, 2014).<br />
<strong>El</strong> Centro de Readaptación para Mujeres de Ilopango, única penitenciaría exclusiva para<br />
mujeres bajo el régimen cerrado, cuenta con una capacidad de 220 plazas y albergaba a<br />
finales de 2014 un total de 2073 privadas de libertad. Este sector de población requiere una<br />
atención integral, tanto por su condición de mujeres, como porque junto a muchas de ellas<br />
conviven infantes y niños menores de 5 años. De acuerdo a información proporcionada por<br />
la DGCP a julio de 2014, este centro albergaba 96 niñas y niños, de un total de 135 niños y<br />
niñas que viven al interior de las cárceles. Es importante destacar que los menores de edad<br />
que se encontraban en el centro penal de mujeres en Ilopango fueron trasladados a partir del<br />
mes de enero de 2015 a la Granja Penitenciaria de Izalco, que fue construida especialmente<br />
para atender mujeres con <strong>sus</strong> hijos menores de 5 años. La DGCP proyecta en el corto plazo<br />
que el 100 % de las niñas y los niños que se encuentran en los diferentes centros puedan ser<br />
trasladados a Izalco.<br />
Otra de las cárceles que presenta elevados niveles de hacinamiento es el Centro Penal de<br />
San Miguel, que tiene una capacidad instalada de 180 cupos; sin embargo, en el año 2014,<br />
contaba con una población de 1486 internos.<br />
Ese es el patio central y una cancha de básquetbol; nada más. Sí, ese es el pasillo, pero la gente duerme<br />
en el pasillo porque no hay otros espacios. Eso es supuestamente un patiecito, pero ponen la lona encima<br />
y ahí duermen (Especialista 2).<br />
Los datos anteriores podrían sugerir que el problema principal del sistema <strong>penitenciario</strong><br />
<strong>salvadoreño</strong> son las condiciones infrahumanas en las que sobreviven la mayoría de personas<br />
privadas de libertad debido al hacinamiento. Sin embargo, de acuerdo a Arroyo (2015), el<br />
hacinamiento no es el principal problema que enfrentan las cárceles en América Latina y el<br />
Caribe, sino las diversas políticas de encierro implementadas por los Gobiernos, en las que<br />
no tienen cabida propuestas alternativas a la prisión.<br />
[…] cuando tú tratas de centrarte, digamos, en el hacinamiento, tú primero céntrate en las decisiones y<br />
los intereses que hay envuelto en la decisión política. Vamos a ver, me dicen “¿y por qué no le podemos<br />
dar un giro, no solo a las cárceles, a este problema de seguridad?” sí, le podemos dar un giro, pero<br />
vamos a salir calaceados todos, es un suicidio político, varios intereses económicos van a verse afectados<br />
de sectores de poder, de intereses de poder político, interés económico, entonces sí se puede dar un giro,<br />
pero ahí hay que asumir los costos (Especialista 3).<br />
La lógica punitivista de recurrir a la cárcel para resolver los conflictos y buscar reducir<br />
la criminalidad con el aumento de penas ha mostrado reiteradamente su ineficacia, tanto<br />
en el caso <strong>salvadoreño</strong> como en otros países de la región. Por ejemplo, el aumento del<br />
encarcelamiento en Estados Unidos en décadas pasadas no registró una reducción en tasas