05.04.2013 Views

Plan de Manejo Regional para el Manatí de las Indias Occidentales

Plan de Manejo Regional para el Manatí de las Indias Occidentales

Plan de Manejo Regional para el Manatí de las Indias Occidentales

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

1.2.2. Amenazas generales en <strong>el</strong> territorio <strong>de</strong> distribución <strong>de</strong> la especie<br />

La distribución <strong>de</strong> los sirenios se r<strong>el</strong>aciona con la disponibilidad <strong>de</strong> la vegetación acuática que necesitan<br />

<strong>para</strong> sobrevivir. Por en<strong>de</strong>, los sirenios se encuentran en hábitats costeros y ribereños, cerca <strong>de</strong> los<br />

humanos. Este simple hecho hace que la especie esté expuesta a diversas activida<strong>de</strong>s que pue<strong>de</strong>n, en<br />

forma individual o conjunta, amenazar su existencia (Reynolds y O<strong>de</strong>ll 1991).<br />

Varias amenazas afectan a los manatíes en distintas partes <strong>de</strong> su territorio. La mayoría <strong>de</strong> <strong>las</strong> amenazas<br />

se r<strong>el</strong>acionan con los humanos; algunas son: la pesca furtiva, la pérdida <strong>de</strong>l hábitat, la contaminación<br />

química, <strong>las</strong> re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pesca y <strong>las</strong> colisiones con embarcaciones (Lefebvre et al. 1989, Quintana-Rizzo<br />

1993, U.S. Fish and Wildlife Service 2001, Jiménez 2002, Reynolds y Pow<strong>el</strong>l 2002, Cast<strong>el</strong>blanco-<br />

Martínez et al. 2003, MADVT 2005, Cast<strong>el</strong>blanco-Martínez 2004). Las amenazas no r<strong>el</strong>acionadas con<br />

los humanos son la exposición ocasional a mareas rojas y aguas <strong>de</strong> baja temperatura (U.S. Fish and<br />

Wildlife Service 2001), y los huracanes (Langtimm y Beck 2003). La exposición al frío es más común<br />

<strong>para</strong> los manatíes <strong>de</strong> Florida que <strong>para</strong> los antillanos, ya que los últimos habitan aguas tropicales cálidas.<br />

La pesca furtiva ha reducido notablemente <strong>las</strong> poblaciones <strong>de</strong> manatíes <strong>de</strong>l Caribe en todo <strong>el</strong> territorio <strong>de</strong><br />

la especie (Lefebvre et al. 1989). Los manatíes, como otras especies <strong>de</strong> s<strong>el</strong>ección K (G<strong>las</strong>er y Reynolds<br />

2003), son particularmente susceptibles a la sobreexplotación <strong>de</strong>bido a sus bajos índices <strong>de</strong><br />

reproducción. Los manatíes continúan siendo víctimas <strong>de</strong> la caza, a pesar <strong>de</strong> contar con protección legal<br />

en muchos países (véanse <strong>las</strong> secciones <strong>de</strong> cada país sobre principales amenazas y legislación). En <strong>el</strong><br />

pasado, los manatíes se cazaban por muchas razones: su carne sabrosa, <strong>el</strong> aceite <strong>para</strong> cocinar y los<br />

huesos <strong>para</strong> fabricar armas y medicamentos <strong>para</strong> regular la menstruación y tratar dolores corporales,<br />

artritis, dolores corporales y tos convulsa (UNEP 1995, Auil 1998). Hoy en día, parece ser que los<br />

manatíes se cazan exclusivamente por su carne (Correa-Viana et al. 1990, Jiménez 2002). La carne <strong>de</strong><br />

manatí pue<strong>de</strong> costar apenas unos dólares por libra ($5-$8) o pue<strong>de</strong> cotizar a precios más altos (hasta<br />

$100 por libra) en mercados locales <strong>de</strong> Centroamérica (Jiménez 2002, Quintana-Rizzo 1993). En B<strong>el</strong>ice<br />

y México, los huesos aún se usan <strong>para</strong> confeccionar esculturas y alhajas artesanales (Morales-V<strong>el</strong>a y<br />

Olivera-Gómez 1992a, Auil 1998).<br />

La pesca furtiva en Nicaragua es responsable <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> entre tres y nueve manatíes por año. Los<br />

cazadores son hombres <strong>de</strong> diferentes eda<strong>de</strong>s y orígenes étnicos (por ejemplo, criollo y garífuna; Jiménez<br />

2002). En la década <strong>de</strong> 1990 se informaron casos <strong>de</strong> pesca furtiva <strong>de</strong> manatíes en B<strong>el</strong>ice que parecen ser<br />

resultado <strong>de</strong> la pesca furtiva en Guatemala y, posiblemente, Honduras (E. Quintana-Rizzo inédito). En<br />

agosto-septiembre <strong>de</strong> 1995, se encontraron al menos 35 cadáveres <strong>de</strong> manatíes en <strong>el</strong> área <strong>de</strong> Port<br />

Honduras, B<strong>el</strong>ice (Bon<strong>de</strong> y Potter 1995). Un año más tar<strong>de</strong>, hubo una segunda <strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> pesca furtiva<br />

al sur <strong>de</strong> Port Honduras, don<strong>de</strong> se encontraron otros nueve manatíes muertos (Morales-V<strong>el</strong>a et al. 2000).<br />

Algunas poblaciones <strong>de</strong> manatíes ocupan aguas <strong>de</strong> más <strong>de</strong> un país, por lo que la pesca furtiva en uno o<br />

varios lugares pue<strong>de</strong> afectar <strong>el</strong> estado <strong>de</strong> la especie en distintos países. En otras oportunida<strong>de</strong>s, esto<br />

generó que los países se acusaran entre sí por <strong>las</strong> activida<strong>de</strong>s ilegales, aunque, con <strong>el</strong> tiempo, <strong>el</strong> tema fue<br />

perdiendo importancia (E. Quintana-Rizzo inédito).<br />

Al parecer, los cazadores <strong>de</strong> manatíes utilizan técnicas similares en Centroamérica y Sudamérica (Auil<br />

1998, Cruz 1994, Jiménez 2000, Cast<strong>el</strong>blanco-Martínez 2004, com. pers. <strong>de</strong> Quintana-Rizzo). Primero,<br />

dis<strong>para</strong>n un arpón que está sujeto a una boya o una canoa. Luego, persiguen al animal hasta que se<br />

agota, la corriente lo arrastra hasta la orilla o cerca <strong>de</strong> la canoa, y lo matan apuñalándolo en la espalda o<br />

golpeándolo en <strong>el</strong> hocico. Por último, lo llevan muerto o moribundo a la orilla, don<strong>de</strong> lo carnean.<br />

13

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!