2. l'inter~s perla llengua catalana - Reial Acadèmia de Bones Lletres

DOCUMENTS 421
materia conrieiie dimo volumen, replicando con tanta energía y gestando con
tanta fuerza de razones las más fundandas de ellos, que se puede muy bien
dezir, con Ennodio, no se halla a sus réplicas qué se diga en contra, ni a sus
ojeciones solución que equivalga; y con ventajas tanras quantas en sí trahe el
convencerlos con sus escritos proprios, como de ordinario lo haze vuestra
señoría, o con tan fuertes conjeturas que valen por eficazes pruevas, mientras
no corisre lo contrario.
Finalmente, en lo principal de la historia, que consiste en expresar las causas
de los sucesos, notar el tiempo en que acontecieron y escribir sinceramente la
verdad, primer móbil y alma de ella, no tiene vuestra señoría a quien posponerse,
tratándolo todo con tan eloqüente estilo que él, por sí solo, convida a que lea
mumas vezes lo que se leyó una. Es agradable el comercio de aquellos escritos
por authores doctos, dize Ennodio, en quien resplandece la pulidez del bien
hablar, en quien, a más de la doctrina, se adorna con arte el idyoma; y, aunque
no ignoro escribe Vives que a la historia le basta que contenga y exprima la
verdad, con todo, lo plácido y dulce del estilo detiene al letor para que se entretenga
en querer saber lo que se trata en ella. Porque, ¿quién se canFa, dize, de leer a
Livio, a Tácito o al Tucidides? ¿Quién no roma murxas vezes en manos ditxos
authores para volverlos a leer otras tantas? Lo mismo sucederá al que leyere el
referido libro de vuesrra sefioría, inferior eii nada a los sobreditxos; quanto a
mi, lo asseguro en ésta y en qualquier obra compuesta por vuesrra señoría, que
entre tanta erudición mire en su numerosa y selecta librería donde tiene para
Apolo qué estudiar y para todas las musas qué aprender, [...?] dexarles qué
desear las delicias del Pindo ni el Parnasso, palabras soii del padre Grau, en sus
máximas; fue la de vuestra señoría la que me pareció m:iyor, pudiendo exagerar
aquí Marcial, como del palacio de Augusto:
Haec, Augusre, tarnen quae vertice sydera pulsat,
par donius est coelo, sed miiior esr domino,
y yo dezir sin hipérboles que, si diorosos son los que entran en casa de vuesrra
señoría, por estar entre personas como allá decía el Clriticón, y en casa que
huele a hombres entre vestigios tantos de discreción, entre tantos libros, preciosas
alaxas de los eiitendidos, para quien son ellos el jardín mejor, el Aranjúez más
florido y el combite más delicioso, donde se recrea el entendimiento, se enriquece
la memoria, se alimenta la volunrad, se dilata el cora~ón y el espíritu se satisface;
igual fortuna es para los tales gozar de la sabiduría de vuestra señoría, y entre
tantos dones como en exquisitos libros cong6neros y de quando illustre les ofrece
comunicarles su saber proprio no es el menor, aplicándose muy bien lo de
Marcial:
Sed licet haec primir nivibus sint aemula donis,
non sunr Parthenio candidiora suo.