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El tiempo, la muerte, la memoria
vocablos connotadores de fragilidad. Pero sobre todo aparecen los signos de
fragmentación. Mientras en la primera serie las imágenes se sostenían
exclusivamente en la piedra como el verbo único e indiviso, anterior a la creación -la
piedra esencial reposando en su unidad-, en esta serie el verbo encarnado, inserto en
el tiempo, genera el desdoblamiento de lo uno en la pluralidad de los seres: el agua,
la tierra y la planta; cada uno de los cuales se multiplica a su vez en otras
pluralidades: gota, lágrima, espuma; montaña, guijarro, arena; selva, hoja, pecíolo.
Las imágenes que nombran al hijo ya no se refieren solamente a la piedra sino
también a los otros elementos de la naturaleza, ahora él es «pedroesteladealga /
pedrosalpicaduradeola», «pedrohuelladegarza / pedrorrasguñodeviento». Es significativo
que el verso que preside cada uno de los tres desarrollos de la serie, instale en
el poema la irrupción de la temporalidad:
3.1 desesperado revoloteo del instante
3.2 fulminante incandescencia de lo efímero
3.3 incesante remolino del ahora
La inserción en el tiempo propicia la fragmentación de las cosas, de los tiempos,
de las palabras. En el horizonte de la poesía hispanoamericana, la aspiración a
la Palabra total, única, indivisa, reaparece una y otra vez: el reclamo de Huidobro
por la «Palabra del alba» que es necesario rehacer; la desalentada nostalgia de Vallejo
por la palabra que diga «la doncella plenitud del uno»; o la mítica «semilla semántica»
de Octavio Paz, «una palabra inmensa y sin revés»; aspiración de antemano
condenada al fracaso, y que Vallejo condensó como un presentimiento: «y si
después de tantas palabras / no sobrevive la Palabra»
IV. En la cuarta serie -penúltima del poema- cobran forma plena y dominan
la escena dos presencias que se habían ido esbozando en las series anteriores: lo humano
y la muerte. Ante el cuerpo muerto del hijo, desaparece totalmente toda referencia
a la piedra como sustento fundamental de las imágenes, las aglomeraciones
léxicas se refieren ahora a un contenido puramente existencial. El verso inicial de la
última serie dirá «pedro ya no / tan solo piedra»; en esta cuarta serie la fórmula -no
escrita, pero significada- podría ser «piedra ya no / tan solo pedro»: cuerpo y
palabra que han perdido su fundamentación en la piedra original.
en verdad
¿fue verdad?
¿eras tú el que pendía de la cadena del higiénico
como polea inútil de una construcción abandonada?
ser ido
ser herido
sal diluida
suicida
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