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El tiempo, la muerte, la memoria
gen, se distancian, se oponen, en un juego de tensiones, diálogos y exclusiones que
no cesa jamás.15
Con «Añoranza y acto de amor» Jara empieza a configurar una voz poética
propia. Hasta entonces su poesía había sido sobre todo búsqueda de oficio, apego a
las formas tradicionales de versificación, «ejercicios retóricos» para afinar sus instrumentos,
enraizamiento en una tradición. En esa etapa, la «forma » del poema aparecía
tomada como un encuadre establecido de antemano, en el cual deberá alojar-
se la sustancia expresiva del modo más adecuado posible.
Con «Añoranza y acto de Amor» la poética de Jara se abre a una etapa de
experimentación formal que busca trabajar en la materialidad de las palabras, para
arrancarles nuevas significaciones que ya no corresponden a los referentes establecidos.
Un trabajo sobre las estructuras del lenguaje, en la perspectiva de instaurar
contextos poéticos; es decir exploración de estructuras formales en las que el despliegue
y la distribución del lenguaje sean -consciente y deliberadamente- un acto de
producción de sentido.
3. LAS MASCARAS DEL HEROE: «EL ALMUERZO
DEL SOLITARIO»
«El almuerzo del solitario» traslada la exploración poética hacia un territorio
excluido de El mundo de las evidencias y que se insinuaba ya con fuerza, aunque
con un sentido negativo, en «Añoranza y acto de amor»: la cotidianidad.
Ni restitución de la armonía cósmica como en el primer poemario, ni experiencia
instantánea de la eternidad en el erotismo: en la constitución de la subjetividad
moderna, lo cotidiano se configura como un espacio de negación radical del heroísmo,
como la instancia vital que toma evidente la imposibilidad de la grandeza,
de la trascendencia. El tiempo que marca la vida cotidiana es otro: ni el tiempo mítico
y circular que regenera una y otra vez el momento originario, ni el tiempo progresivo
que hace radicar la trascendencia en el futuro. La cotidianidad es un vaciamiento
del sentido por la repetición rutinaria de lo mismo:
15. «La lengua literaria representa un sistema complejo y dinámico de estilos [se refiere a los estilos de los diversos
géneros discursivos que estratifican internamente una lengua nacional]; su peso específico y sus interrelaciones
dentro del sistema de la lengua literaria se hallan en cambio permanente». y concluye: «En cada época del
desarrollo de una lengua literaria, son determinados géneros discursivos los que dan el tono, y éstos no son solo
géneros secundarios [literarios, periodísticos, científicos] sino también primarios: ciertos tipos de] diálogo oral:
diálogos de salón, íntimos, cotidianos, familiares, sociopolíticos, etc.», op. cit., pp. 251-252.
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