WALTER BENJAMIN: LA LENGUA DEL EXILIO - Universidad de Chile
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www.philosophia.cl / Escuela <strong>de</strong> Filosofía <strong>Universidad</strong> ARCIS<br />
lengua <strong>de</strong>l hombre y a la vez "la lengua <strong>de</strong> la lengua" 32 . Únicamente el ser espiritual<br />
<strong>de</strong>l hombre es, necesariamente, idéntico al lingüístico, puesto que su ser es<br />
enteramente comunicable, es <strong>de</strong>cir, es pura comunicación, pura comunicabilidad.<br />
(...) la lengua humana es la esencia espiritual <strong>de</strong>l hombre; y sólo por ello la<br />
esencia espiritual <strong>de</strong>l hombre, el único entre todos los seres espirituales, es<br />
enteramente comunicable. 33<br />
Sin embargo, en el nombre que el hombre le da a las cosas, el ser espiritual <strong>de</strong> éstas<br />
alcanza su entera comunicabilidad, es <strong>de</strong>cir, se completa, se perfecciona.<br />
Si la esencia espiritual es idéntica a la lingüística, la cosa es, en su esencia<br />
espiritual, centro <strong>de</strong> la comunicación, y aquello que en ella se comunica<br />
es -<strong>de</strong> acuerdo con la relación central- este mismo centro (la lengua). La<br />
lengua es entonces la esencia espiritual <strong>de</strong> las cosas. La esencia espiritual<br />
es por lo tanto puesta a priori como comunicable o puesta más bien en la<br />
comunicabilidad misma, y la tesis que dice que la esencia lingüística <strong>de</strong> las<br />
cosas es idéntica a su esencia espiritual en cuanto ésta es comunicable,<br />
se convierte en el "en cuanto", en una tautología. 34<br />
La lengua es entonces la esencia espiritual <strong>de</strong> las cosas. Sólo en el "entonces" <strong>de</strong> la<br />
lengua humana, en el "entonces" <strong>de</strong>l nombre, en ese "entonces" que es la lengua <strong>de</strong><br />
la lengua, se i<strong>de</strong>ntifican plenamente -una plenitud que resultará ser paradójica- el ser<br />
espiritual y la lengua. La lengua no es en todo momento y en todo lugar la esencia<br />
espiritual <strong>de</strong> las cosas, lo es sólo en ese tiempo y ese lugar que es el nombre. En su<br />
centro, es <strong>de</strong>cir, en el nombre, lenguaje y ser se i<strong>de</strong>ntifican. Este centro sin embargo -<br />
es fundamental enten<strong>de</strong>rlo- no es tiempo y lugar don<strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad diga la plenitud<br />
32 Ibid. p.92.<br />
33 Ibid. p.92.<br />
34 Walter Benjamin, Sobre el lenguaje en general y sobre el lenguaje <strong>de</strong> los<br />
hombres. p.93.<br />
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