WALTER BENJAMIN: LA LENGUA DEL EXILIO - Universidad de Chile
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www.philosophia.cl / Escuela <strong>de</strong> Filosofía <strong>Universidad</strong> ARCIS<br />
podría <strong>de</strong>cirse el ser <strong>de</strong> la cosa, en un nombre que se le ha asignado<br />
arbitrariamente?, ¿cómo podría <strong>de</strong>cirse el ser <strong>de</strong> la cosa, en un nombre en cuya<br />
forma ella no tiene ninguna injerencia directa?. ¿Qué es entonces lo único que<br />
pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir el nombre <strong>de</strong> las cosas, entendido convencionalmente?. Una primera<br />
respuesta dice: el nombre que el hombre da a las cosas sólo pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir eso que el<br />
hombre ha <strong>de</strong>cidido y acordado <strong>de</strong>cir acerca <strong>de</strong> las cosas, su significado; y tal vez<br />
esto se clarifique si se compren<strong>de</strong> la relación que tal concepción establece entre el<br />
significado <strong>de</strong> una palabra y la "esencia" <strong>de</strong> la cosa a la cual la palabra se refiere.<br />
Enten<strong>de</strong>r el significado <strong>de</strong> una palabra -una palabra que nombra una cosa-, es tener<br />
en mente, cuando se la nombra o se la escucha, aquellas características que son<br />
esenciales al ser <strong>de</strong> esa cosa; en otras palabras, es equiparar el nombre <strong>de</strong> la cosa,<br />
con su esencia.<br />
Resulta pues, que lo significado por las palabras generales es una clase <strong>de</strong><br />
cosas; y cada una <strong>de</strong> esas palabras significa eso, en cuanto que son signo<br />
<strong>de</strong> una i<strong>de</strong>a abstracta que tenemos en la mente; y en la medida que las<br />
cosas existentes se conforman a esa i<strong>de</strong>a, caen bajo aquel nombre, o, lo<br />
que es lo mismo, son <strong>de</strong> aquella clase. De don<strong>de</strong> resulta evi<strong>de</strong>nte que las<br />
esencias <strong>de</strong> las diversas clases, o <strong>de</strong> las (si gusta más la palabra latina)<br />
especies <strong>de</strong> cosas, no son sino esas i<strong>de</strong>as abstractas. Porque, como el<br />
tener la esencia <strong>de</strong> cualquier especie es aquello que hace que cualquier<br />
cosa sea <strong>de</strong> esa especie, y como la conformidad con la i<strong>de</strong>a, a la cual se<br />
anexa el nombre, es lo que otorga el <strong>de</strong>recho a llevar ese nombre, el<br />
tener la esencia y el guardar esa conformidad tienen necesariamente que<br />
ser lo mismo, ya que el ser <strong>de</strong> cualquier especie y el tener <strong>de</strong>recho al<br />
nombre <strong>de</strong> la especie es una y la misma cosa; como por ejemplo, ser un<br />
hombre, o ser <strong>de</strong> la especie hombre, y tener el <strong>de</strong>recho al nombre <strong>de</strong><br />
hombre es todo la misma cosa. 71<br />
71 John Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano. p.404.<br />
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