WALTER BENJAMIN: LA LENGUA DEL EXILIO - Universidad de Chile
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www.philosophia.cl / Escuela <strong>de</strong> Filosofía <strong>Universidad</strong> ARCIS<br />
largo <strong>de</strong> todo el texto, tal afirmación no dice sólo que el hombre no comunica su<br />
propio ser espiritual a través <strong>de</strong> los nombres que da a las cosas, sino también alu<strong>de</strong> al<br />
hecho <strong>de</strong> que no es a través <strong>de</strong> los nombres <strong>de</strong> las cosas que el ser espiritual <strong>de</strong><br />
éstas se comunica. Pienso que es éste el momento apropiado para comentar que la<br />
mención constante <strong>de</strong>l "ser espiritual" que en Benjamin parece reemplazar al uso<br />
común <strong>de</strong> "ser", dista mucho <strong>de</strong> ser un capricho literario; funciona más bien como un<br />
radical alejamiento <strong>de</strong> las connotaciones que comúnmente se ha otorgado a esa<br />
palabra. Todo ser es en Benjamin "ser espiritual", y para <strong>de</strong>cirlo brevemente, la<br />
"espiritualidad" <strong>de</strong>l ser alu<strong>de</strong> a su inapropiabilidad, a su inacotabilidad, en último<br />
término, a su ser como ser fisurado. La diferencia planteada se vuelve, con esto,<br />
abismal. El ser <strong>de</strong> las cosas es incontenible. Cuando el hombre se arroga el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong><br />
contenerlo en el nombre que le da, lo que hace es más bien cosificarlo, objetivizarlo.<br />
En resumen, la diferencia que, en principio interesa <strong>de</strong>stacar aquí, es la diferencia<br />
entre el ser, entendido como "ser espiritual", y el ser entendido como "objeto <strong>de</strong> la<br />
intención". La intención y el acuerdo <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir el ser, lo transforman en objeto, es<br />
<strong>de</strong>cir, en algo pleno, idéntico a sí mismo, pura presencia; y hacen <strong>de</strong>l nombre una<br />
plenitud enteramente equivalente a lo nombrado, un contenedor perfecto <strong>de</strong> un ser<br />
perfecto -es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> un objeto. De acuerdo con esto, entonces, el hombre se<br />
bastaría a sí mismo en su nombrar, sería un creador absoluto e in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong><br />
nombres; los produciría, como quien acuña monedas para comprar lo que quiere, al<br />
ritmo y amparo <strong>de</strong> su pura voluntad y conveniencia. Pero no sólo esto pue<strong>de</strong><br />
concluirse, sino también que el hombre <strong>de</strong>be ser creador <strong>de</strong> los objetos que nombra,<br />
y si aquellos objetos son un ser, entonces el hombre es creador <strong>de</strong>l ser <strong>de</strong> las cosas.<br />
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