Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau
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El proceso <strong>de</strong> alojar al personal médico <strong>de</strong> Cuba requirió <strong>de</strong><br />
un inmenso esfuerzo por parte <strong>de</strong> los venezo<strong>la</strong>nos y dio a<br />
muchos resi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> los barrios que habían sido marginalizados<br />
su primera experiencia <strong>de</strong> ser participantes activos <strong>de</strong><br />
<strong>la</strong> Revolución bolivariana. A medida que los médicos y otros<br />
trabajadores <strong>de</strong> <strong>la</strong> salud comenzaron su <strong>la</strong>bor, se formaron<br />
los primeros comités <strong>de</strong> salud en barrios y al<strong>de</strong>as. Cada vecindario<br />
<strong>de</strong> 1 500 a 2 000 personas que <strong>de</strong>seaba ser atendido<br />
por un médico cubano <strong>de</strong>bía organizar un comité <strong>de</strong> 10 a 20 voluntarios<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> comunidad que se comprometían a encontrar<br />
espacio para el consultorio, brindar alojamiento, buscar muebles<br />
y artefactos sencillos, y alimentar a los proveedores <strong>de</strong><br />
atención <strong>de</strong> salud. Los comités <strong>de</strong> salud también <strong>de</strong>bían apoyar<br />
a los médicos <strong>de</strong> otras maneras, como acompañarlos en<br />
sus visitas casa por casa, ayudarlos a compi<strong>la</strong>r información<br />
acerca <strong>de</strong> problemas <strong>de</strong> salud, <strong>de</strong>snutrición y enfermeda<strong>de</strong>s<br />
crónicas, y a co<strong>la</strong>borar en campañas <strong>de</strong> salud para educar a<br />
sus vecinos acerca <strong>de</strong>l cuidado preventivo y una forma sana<br />
<strong>de</strong> vida.<br />
Los médicos <strong>de</strong> Barrio A<strong>de</strong>ntro atendían cada mañana a pacientes<br />
en sus consultorios y andaban por el vecindario cada<br />
tar<strong>de</strong> conociendo a gente, preguntando por <strong>la</strong> salud <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia<br />
y atendiendo a los que eran reacios a visitar <strong>la</strong>s clínicas.<br />
Por lo general, los médicos cubanos vivían en habitaciones<br />
espartanas anexas a los consultorios <strong>de</strong> Barrio A<strong>de</strong>ntro o en<br />
<strong>la</strong>s casas <strong>de</strong> vecinos cercanos, <strong>de</strong> manera que estuvieran disponibles<br />
para visitas <strong>de</strong> emergencia <strong>la</strong>s veinticuatro horas<br />
<strong>de</strong>l día, siete días a <strong>la</strong> semana. Este tipo <strong>de</strong> atención médica<br />
era algo que <strong>la</strong> gente a <strong>la</strong> que ellos servían nunca había conocido.<br />
Antes <strong>de</strong> 2003, había solo 1 500 médicos empleados por<br />
el gobierno venezo<strong>la</strong>no para dar atención primaria en un sistema<br />
público que tenía consultas l<strong>la</strong>madas «ambu<strong>la</strong>torios».<br />
El pequeño número <strong>de</strong> médicos significaba que muchas <strong>de</strong> estas<br />
consultas estaban prácticamente vacías, atendidas solo<br />
uno o dos días a <strong>la</strong> semana por médicos o so<strong>la</strong>mente por enfermeras.<br />
En los seis años posteriores a <strong>la</strong> fundación <strong>de</strong> Barrio A<strong>de</strong>ntro,<br />
el número <strong>de</strong> consultorios <strong>de</strong>creció aproximadamente<br />
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