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confesiones-de-un-ganster-economico-john-perkins1

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cátedras y sus títulos. Yo replicaba poniéndome en mi papel <strong>de</strong> economista<br />

jefe <strong>de</strong> <strong>un</strong>a consultaría importante, <strong>de</strong> alguien que viajaba en primera clase por<br />

todo el m<strong>un</strong>do. Pero no podía mencionar mis entrevistas cara a cara con<br />

hombres como Torrijos, o lo que sabía sobre nuestra manera <strong>de</strong> manipular a<br />

los países <strong>de</strong> todos los continentes. Esto era <strong>un</strong>a fuente <strong>de</strong> arrogancia interior,<br />

pero también <strong>de</strong> frustración.<br />

Cuando hablábamos <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> «los pequeños», me veía obligado a<br />

ejercer gran dominio sobre mí mismo. Yo sabía lo que ellos no tenían modo<br />

<strong>de</strong> saber. Que la corporatocracia, su banda <strong>de</strong> gángsteres económicos y los<br />

chacales agazapados <strong>de</strong>trás n<strong>un</strong>ca permitirían que los pequeños tomasen el<br />

mando <strong>de</strong> los as<strong>un</strong>tos. Bastaba con fijarse en los ejemplos <strong>de</strong> Arbenz y<br />

Mosad<strong>de</strong>q y en otro caso más reciente, éste <strong>de</strong> 1973: la caída <strong>de</strong> Salvador<br />

Allen<strong>de</strong>, el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>mocráticamente elegido por los chilenos. A mi modo<br />

<strong>de</strong> ver, el dominio omnímodo <strong>de</strong>l imperio global <strong>de</strong> hecho estaba reforzándose,<br />

pese a la OPEP... o con la ayuda <strong>de</strong> la OPEP, como ya sospechaba entonces,<br />

pero no pu<strong>de</strong> confirmarlo sino más tar<strong>de</strong>.<br />

Nuestras conversaciones giraban a menudo alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> las semejanzas<br />

que encontrábamos entre los comienzos <strong>de</strong> dos décadas, la <strong>de</strong> 1970 y la <strong>de</strong><br />

1930. Ésta significó <strong>un</strong>a importante divisoria en la economía internacional y en<br />

las maneras <strong>de</strong> estudiarla, analizarla e interpretarla. La década <strong>de</strong> 1930 abrió<br />

las puertas a la teoría económica keynesiana y a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que las<br />

administraciones <strong>de</strong>ben <strong>de</strong>sempeñar <strong>un</strong> papel principal como orientadoras <strong>de</strong><br />

los mercados y suministradoras <strong>de</strong> servicios; por ejemplo la sanidad, el<br />

subsidio <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleo y otras formas <strong>de</strong> provi<strong>de</strong>ncia social. Nos alejábamos<br />

<strong>de</strong> los supuestos tradicionales sobre autorregulación <strong>de</strong> los mercados y<br />

mínima intervención <strong>de</strong> los organismos públicos.<br />

La Depresión dio lugar al New Deal. Las disposiciones políticas<br />

promovieron la regulación económica, el intervencionismo <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s<br />

financieras y el uso generalizado <strong>de</strong> los instrumentos fiscales. Tanto la<br />

Depresión como la Seg<strong>un</strong>da Guerra M<strong>un</strong>dial condujeron a<strong>de</strong>más a la creación<br />

<strong>de</strong> organizaciones como el Banco M<strong>un</strong>dial, el Fondo Monetario Internacional<br />

y el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT, General Agreement<br />

on Tariffs and Tra<strong>de</strong>). La <strong>de</strong> 1960 fue <strong>un</strong>a década crucial <strong>de</strong> este período y para<br />

el paso <strong>de</strong> la economía neoclásica a la keynesiana. Eso ocurrió bajo las<br />

administraciones Kennedy y Johnson, y <strong>de</strong>bido f<strong>un</strong>damentalmente a la<br />

influencia <strong>de</strong> <strong>un</strong> solo hombre, Robert McNamara.<br />

McNamara era <strong>un</strong> visitante asiduo <strong>de</strong> nuestra tertulia... in absentia, por<br />

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