confesiones-de-un-ganster-economico-john-perkins1
confesiones-de-un-ganster-economico-john-perkins1
confesiones-de-un-ganster-economico-john-perkins1
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
elclub<strong>de</strong>lsoftware.blogspot.com<br />
11<br />
Piratas en la zona <strong>de</strong>l Canal<br />
A<br />
l día siguiente, las autorida<strong>de</strong>s panameñas me enviaron <strong>un</strong> guía. Se llamaba<br />
Fi<strong>de</strong>l y simpaticé al instante con él. Era alto, <strong>de</strong>lgado y se veía que estaba<br />
orgulloso <strong>de</strong> su país. Su tatarabuelo había combatido al lado, <strong>de</strong> Bolívar por la<br />
in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia frente a España. Yo le conté que era <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> Tom Paine y me<br />
complació enterarme <strong>de</strong> que Fi<strong>de</strong>l había leído Sentido común en español. Hablaba<br />
inglés, pero cuando <strong>de</strong>scubrió que yo hablaba su idioma con facilidad se mostró<br />
muy emocionado.<br />
—Muchos compatriotas suyos pasan años aquí y n<strong>un</strong>ca se han molestado en<br />
apren<strong>de</strong>rlo —comentó.<br />
Fi<strong>de</strong>l me llevó <strong>de</strong> paseo a <strong>un</strong> barrio <strong>de</strong> la ciudad que reflejaba <strong>un</strong>a prosperidad<br />
impresionante. Dijo que se llamaba New Panamá. Mientras contemplábamos los<br />
mo<strong>de</strong>rnos rascacielos <strong>de</strong> vidrio y acero, me explicó que Panamá tenía más bancos<br />
internacionales que ningún otro país al sur <strong>de</strong>l Río Gran<strong>de</strong>.<br />
—A menudo nos llaman la Suiza <strong>de</strong> las Américas —dijo—. Hacemos muy<br />
pocas preg<strong>un</strong>tas a nuestros clientes.<br />
Más tar<strong>de</strong>, al atar<strong>de</strong>cer y mientras el sol iba cayendo hacia el Pacífico, salimos a<br />
<strong>un</strong>a avenida que seguía la curva <strong>de</strong> la bahía. Se veía <strong>un</strong>a larga fila <strong>de</strong> barcos<br />
anclados. Le preg<strong>un</strong>té a Fi<strong>de</strong>l si estaban teniendo alg<strong>un</strong>a dificultad con el canal.<br />
—Siempre están así —rió él—. Hacen cola esperando su turno. La mitad <strong>de</strong><br />
ellos van a Japón o regresan <strong>de</strong> allí. Más que a Estados Unidos.<br />
Le confesé que eso era <strong>un</strong>a novedad para mí.<br />
—No me sorpren<strong>de</strong>.—contestó—. Los norteamericanos no prestan mucha<br />
atención al resto <strong>de</strong>l m<strong>un</strong>do.<br />
Detuvo el coche j<strong>un</strong>to a <strong>un</strong> hermoso parque don<strong>de</strong> se veían <strong>un</strong>as ruinas antiguas<br />
recubiertas <strong>de</strong> buganvillas. Según la placa, pertenecían a <strong>un</strong> fuerte que se<br />
construyó para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r la ciudad contra las incursiones <strong>de</strong> los piratas ingleses. Una<br />
familia se disponía a acomodarse para cenar al aire libre: la madre, el padre, el niño<br />
y la niña, y <strong>un</strong> hombre anciano que<br />
91