13.04.2015 Views

confesiones-de-un-ganster-economico-john-perkins1

confesiones-de-un-ganster-economico-john-perkins1

confesiones-de-un-ganster-economico-john-perkins1

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

elclub<strong>de</strong>lsoftware.blogspot.com<br />

tribulaciones y realizado gran<strong>de</strong>s sacrificios.<br />

¿Y en cuanto a Drake y Morgan? No estaba yo muy fuerte en ese período <strong>de</strong> la<br />

historia, pero recordaba que la Inglaterra protestante se había sentido muy seriamente<br />

amenazada por la católica España. Era preciso admitir la posibilidad <strong>de</strong> que Drake y<br />

Morgan se hubiesen <strong>de</strong>dicado a la piratería con intención <strong>de</strong> golpear en el corazón <strong>de</strong>l<br />

Imperio español, en aquellos galeones que transportaban las riquezas <strong>de</strong> América, para<br />

<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r el santuario <strong>de</strong> Inglaterra y no para encumbrarse a sí mismos.<br />

Mientras dábamos bordadas luchando contra el viento en medio <strong>de</strong>l canal e íbamos<br />

viendo cada vez más cerca esas montañas que emergen <strong>de</strong> las aguas, Great Thatch<br />

Island al norte y Saint John al sur, yo seguía hilvanando pensamientos sin po<strong>de</strong>r<br />

apartarlos <strong>de</strong> mi mente. Mary me pasó <strong>un</strong>a cerveza y aumentó el volumen <strong>de</strong> <strong>un</strong>a<br />

canción <strong>de</strong> Jimmy Buffett. Pese a la belleza <strong>de</strong>l paisaje y a la sensación <strong>de</strong> libertad que<br />

siempre produce la navegación a vela, yo estaba <strong>de</strong> mal humor. Traté <strong>de</strong> disiparlo y<br />

apuré la cerveza.<br />

Aquel estado <strong>de</strong> ánimo no me abandonaba. Estaba enfurecido con las voces <strong>de</strong> la<br />

historia y con mi manera <strong>de</strong> tergiversarlas para justificar mi propia codicia. Estaba<br />

furioso con mis padres y con Tilton —aquel instituto prepotente en lo alto <strong>de</strong> su<br />

colina—, que me habían impuesto toda esta historia. Abrí otra botella <strong>de</strong> cerveza.<br />

Pensé que sería capaz <strong>de</strong> matar a Mac Hall por lo que le había hecho a Br<strong>un</strong>o.<br />

Una barca <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra pasó cerca <strong>de</strong> nosotros corriendo a favor <strong>de</strong>l viento, las velas<br />

hinchadas, enarbolando la ban<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l arco iris. Tres o cuatro parejas jóvenes nos<br />

saludaron a voces y agitando los brazos. Eran hippies envueltos en túnicas <strong>de</strong> vivos<br />

colores. En la proa iban <strong>un</strong> hombre y <strong>un</strong>a mujer completamente <strong>de</strong>snudos. El aspecto<br />

<strong>de</strong> la embarcación y el <strong>de</strong> sus pasajeros revelaba que hacían vida a bordo. Una<br />

com<strong>un</strong>idad <strong>de</strong> piratas mo<strong>de</strong>rnos, libres, <strong>de</strong>sinhibidos.<br />

Quise contestar al saludo pero mi brazo no me obe<strong>de</strong>ció, paralizado por la envidia.<br />

De pie en la cubierta, Mary los siguió con la mirada mientras ellos se alejaban a popa.<br />

—¿Te gustaría esa clase <strong>de</strong> vida? — me preg<strong>un</strong>tó.<br />

Entonces lo comprendí. No eran mis padres. No era Tilton ni Mac Hall. Era mi propia<br />

vida lo que yo aborrecía. La persona responsable y aborrecible era yo.<br />

Entonces oí la voz <strong>de</strong> Mary. Estaba diciéndome algo y ap<strong>un</strong>tando con el <strong>de</strong>do a<br />

estribor, por la parte <strong>de</strong> proa. Luego se acercó y repitió:<br />

179

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!