confesiones-de-un-ganster-economico-john-perkins1
confesiones-de-un-ganster-economico-john-perkins1
confesiones-de-un-ganster-economico-john-perkins1
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
elclub<strong>de</strong>lsoftware.blogspot.com<br />
China!<br />
Aquella noche, acostado en mi cama a muchos metros <strong>de</strong> altura sobre la ciudad,<br />
entre la seguridad y el lujo <strong>de</strong> <strong>un</strong>a suite <strong>de</strong> primera clase, evoqué la imagen <strong>de</strong><br />
Claudine. Me <strong>de</strong>svelaban sus discursos sobre la <strong>de</strong>uda externa. Intenté tranquilizarme<br />
recordando mis cursos <strong>de</strong> teoría macroeconómica en la escuela <strong>de</strong> administración <strong>de</strong><br />
empresas. Al fin y al cabo, me <strong>de</strong>cía, estoy aquí para ayudar a Indonesia, para que<br />
salga <strong>de</strong> su economía medieval y pase a ocupar su lugar en el m<strong>un</strong>do industrial<br />
mo<strong>de</strong>rno. Pero yo sabía que al amanecer, cuando echase la primera ojeada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mi<br />
ventana, más allá <strong>de</strong> la opulencia <strong>de</strong> los jardines <strong>de</strong>l hotel y <strong>de</strong> las piscinas, podría ver<br />
los barrios <strong>de</strong> barracas que se extendían alre<strong>de</strong>dor, hasta muchos kilómetros <strong>de</strong><br />
distancia. No ignoraba que ahí fuera estaban muriendo muchos niños por falta <strong>de</strong><br />
alimento y <strong>de</strong> agua potable, y que tanto los menores como los adultos pa<strong>de</strong>cían<br />
enfermeda<strong>de</strong>s horribles y soportaban condiciones <strong>de</strong> vida inhumanas.<br />
Seguí dando vueltas en mi cama sin pegar ojo. Era innegable que tanto Charlie<br />
como los <strong>de</strong>más miembros <strong>de</strong>l equipo estábamos allí por motivos egoístas.<br />
Promovíamos la política exterior <strong>de</strong> Estados Unidos y los intereses corporativos. Nos<br />
impulsaba la codicia y no <strong>un</strong> supuesto <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> mejorar las condiciones <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> la<br />
gran mayoría <strong>de</strong> los indonesios. Una palabra acudió a mi mente: la corporatocracia.<br />
No consigo recordar si la había escuchado en alg<strong>un</strong>a parte o la inventé yo mismo, pero<br />
me pareció perfecta para <strong>de</strong>scribir la nueva clase dominante que se había metido entre<br />
ceja y ceja el afán <strong>de</strong> dominar el planeta.<br />
Era <strong>un</strong>a cofradía <strong>de</strong> <strong>un</strong>os pocos, estrechamente <strong>un</strong>idos por <strong>un</strong>os objetivos com<strong>un</strong>es.<br />
Los miembros <strong>de</strong> esa cofradía pasaban con facilidad <strong>de</strong> los consejos <strong>de</strong> administración<br />
a los cargos públicos, y viceversa. Se me antojaba que el entonces presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l<br />
Banco M<strong>un</strong>dial, Robert McNamara, era el ejemplo perfecto. Había pasado <strong>de</strong> su<br />
puesto <strong>de</strong> presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Ford Motor Company a la secretaría <strong>de</strong> Defensa con los<br />
gabinetes <strong>de</strong> Kennedy y Johnson, y en aquellos momentos era la autoridad máxima <strong>de</strong><br />
la institución financiera más po<strong>de</strong>rosa <strong>de</strong>l m<strong>un</strong>do.<br />
Comprendía también que mis profesores <strong>de</strong> la EADE no habían captado la<br />
verda<strong>de</strong>ra naturaleza <strong>de</strong> las magnitu<strong>de</strong>s macroeconómicas. Que en muchos casos,<br />
contribuir al crecimiento económico <strong>de</strong> <strong>un</strong> país sólo servía para enriquecer todavía<br />
más a los que estaban en la cima <strong>de</strong> la pirámi<strong>de</strong>, sin hacer nada por los <strong>de</strong> abajo<br />
excepto empujarlos más abajo "todavía. En efecto, la promoción <strong>de</strong>l capitalismo<br />
muchas veces produce <strong>un</strong> sistema parecido a las socieda<strong>de</strong>s feudales <strong>de</strong> la Edad<br />
Media. Si alg<strong>un</strong>o <strong>de</strong> mis profesores lo sabía, n<strong>un</strong>ca nos lo contó, probablemente<br />
porque las<br />
52