"La Función Pública Nacional y la Integración Regional" - CEFIR

"La Función Pública Nacional y la Integración Regional"
Desde el punto de vista del control interno y de la agilización de los procedimientos, nos encontramos con
una serie de obligaciones anexas que son esenciales en el sector público:
Transparencia de las acciones desarrolladas y limitación de la arbitrariedad. Un empresario debe rendir
cuentas a un número más limitado de sujetos, si se equivoca no lo hace respecto de los recursos públicos.
Ecuanimidad con que se desarrolla la gestión pública, evitando favoritismos políticos o de otra índole,
asegurando una cierta continuidad y coherencia de criterios al interior de las instituciones públicas.
Resguardo del interés general y responsabilidad política, asegurando que cada decisión obedezca al bien
común y a criterios de justicia, y dé cuenta de los intereses más permanentes de la comunidad.
Disciplina fiscal, que requiere efectuar un control responsable de las finanzas públicas, principal instrumento
de la política macroeconómica de que dispone el Gobierno.
Cada uno de los cambios que emprendemos debe tener en cuenta estos imperativos, y responder a ellos.
La forma tradicional de generar los cambios en el sector público ha sido el de la reforma administrativa.
Cuando los procedimientos y las normas se han estimado inadecuados para las necesidades de la
administración, la respuesta lógica ha parecido siempre reemplazarlos por otros. Resultado de ello ha sido
el desarrollo de instrumentos para la protección de los derechos ciudadanos, la reglamentación de los
procesos administrativos para erradicar la discrecionalidad, la estructuración y reestructuración de la carrera
funcionaria, la simplificación de procedimientos, las redefiniciones de cargos, las reestructuraciones
orgánicas y las actualizaciones de las plantillas de personal.
El camino de la reforma administrativa ha sido recorrido en innumerables oportunidades por los Estados
latinoamericanos, concluyendo casi siempre en reformas parciales, incompletas, distorsionadas por el
sistema político, los intereses corporativos o los vicios de la propia administración. Esto hace que en Chile,
tanto como en los demás países de la región, el Estado se desenvuelva en una realidad preburocrática,
donde los problemas de la concepción Weberiana de la organización se han percibido mucho antes que sus
beneficios y donde la discrecionalidad y la administración informal permiten resolver muchas de las
demandas y problemas cotidianos que enfrentan las instituciones públicas.
Este es un contexto, por lo tanto, en que los modelos finalistas y las reformas integrales --sean éstas de
sello liberal o administrativista-- tienen poco que aportar. Para pasar de un estadio preburocrático a uno
postburocrático los Estados latinoamericanos no deben tener que recorrer previamente el largo camino de la
construcción del modelo burocrático, sino estructurar gradualmente una nueva cultura organizacional que
recoja los valores, objetivos y principios del servicio público para un mundo más exigente, heterogéneo y
cambiante.
La construcción de esta cultura organizacional, sin embargo, no es indiferente a los procesos que conducen
a ella. Lo interesante del proceso de modernización de la gestión pública en Chile no es la existencia de un
modelo finalista, sino su carácter de proceso en que las prioridades, técnicas e instrumentos han ido
encadenándose en el tiempo.
Más que un enfoque burocrático, eficientista o contractualista, lo que se aprecia en Chile es una visión que
evoluciona desde la economía al management, de allí a lo político-institucional, punto desde el que se llega
a la Reforma Administrativa.
El resultado no es indiferente a la trayectoria. Es distinto plantear bonificaciones por desempeño como
incentivo que como reconocimiento al funcionario.
Es distinto responder a la necesidad de gerentes idóneos a través de la "particular confianza" que a través
de procedimientos transparentes de concurso.
Es distinto plantear metas de desempeño como promedios que como mínimos garantizados.
En la experiencia internacional no existen los modelos puros y escasas experiencias en las que una elite
iluminada tenía resueltas todas las preguntas de antemano. Sin embargo, ronda el peligro del mercado de
las reformas. Tendencia de gobiernos latinoamericanos a comprar recetas ajenas a su realidad.
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