"<strong>La</strong> Función Pública <strong>Nacional</strong> y <strong>la</strong> Integración Regional" ZAPICO GOÑI, Eduardo 1994. "<strong>La</strong> Coordinación Intragubernamental como Factor Crítico para <strong>la</strong> Integración Regional: Experiencias Europeas", Ponencia presentada para el Módulo Instituciones en un Marco de Integración Regional: Distribución de Competencias y Capacidades de Coordinación y Control I, organizado por el <strong>CEFIR</strong>, Ciudad de México, México, 25-30 de julio de 1994. 42
"<strong>La</strong> Función Pública <strong>Nacional</strong> y <strong>la</strong> Integración Regional" LA GERENCIA PUBLICA DEL "SISTEMA DEL BOTIN" A LA GESTION PROFESIONAL Antonio QUINTIN Asesor, Comisión Presidencial de Reestructuración de <strong>la</strong> Administración Pública, Caracas, VENEZUELA 1. ¿POR QUE LA GERENCIA PUBLICA? Al comenzar <strong>la</strong> década de los '60 se inició en América <strong>La</strong>tina un intenso proceso de reforma de <strong>la</strong>s administraciones públicas. Tales procesos se sustentaban en <strong>la</strong>s concepciones económicas "estructuralistas" que se abrieron paso como consecuencia del fracaso de <strong>la</strong>s políticas monetaristas experimentadas en <strong>la</strong> década anterior. <strong>La</strong> Comisión Económica para América <strong>La</strong>tina y el Caribe (CEPAL) y <strong>la</strong> Alianza para el Progreso dieron cuerpo al estructuralismo económico, perfi<strong>la</strong>ndo una sólida corriente de pensamiento y de acción económica, política y social que fue acogida prácticamente por todos los gobiernos de <strong>la</strong> región, y erigida como una alternativa viable a los procesos de insurgencia política. En esencia, <strong>la</strong> lógica de dicho modelo seguía <strong>la</strong> siguiente secuencia: <strong>la</strong> situación de subdesarrollo sólo podía superarse mediante un amplio proceso de industrialización; el Estado era el único agente con capacidad para emprender ese proceso; por tanto, era preciso un Estado fuerte y altamente interventor en <strong>la</strong> producción directa de bienes y servicios; parale<strong>la</strong>mente, debían emprenderse intensos esfuerzos de modernización de <strong>la</strong>s estructuras tradicionales, con fuerte sello rural, en tanto factor de represamiento de los recursos de <strong>la</strong> sociedad (Rostow, Germany, etc.). <strong>La</strong> acción del Estado debía sustentarse en <strong>la</strong> "p<strong>la</strong>nificación para el desarrollo económico y social", <strong>la</strong> cual, a su vez, sólo podía potenciarse mediante una administración pública con capacidad para formu<strong>la</strong>r e instrumentar tales p<strong>la</strong>nes. Se fue mode<strong>la</strong>ndo, de esta manera, una política común de reformas para casi todo el continente, adaptada a <strong>la</strong>s particu<strong>la</strong>ridades históricas y políticas de cada país; el lenguaje de los años '60 era extraordinariamente simi<strong>la</strong>r a partir del sur del Río Grande. Reforma agraria, reforma educativa, reforma impositiva, etc., plenaban los discursos de intelectuales, partidos políticos y estadistas. Se consagra también, desde ese momento, <strong>la</strong> reforma administrativa o "administración para el desarrollo", como condición para llevar a cabo <strong>la</strong>s transformaciones (ILPES - Instituto <strong>La</strong>tinoamericano de P<strong>la</strong>nificación y Estudios Sociales). Los primeros pasos de <strong>la</strong> reforma de <strong>la</strong> administración pública podrían calificarse como de "reduccionismo estructural". En efecto, los cambios se concentraron inicialmente en <strong>la</strong>s estructuras administrativas, en los organigramas, en <strong>la</strong> dimensión formal de <strong>la</strong>s organizaciones públicas. Se pensaba ingenuamente que <strong>la</strong>s transformaciones en <strong>la</strong>s estructuras administrativas, por sí so<strong>la</strong>s, podían dinamizar el funcionamiento del aparato público. Los primeros trabajos de <strong>la</strong> Comisión de Administración Pública de Venezue<strong>la</strong> a partir de 1959, así como <strong>la</strong> temprana experiencia brasileña de los años '30, dan cuenta de esa estrategia y, por supuesto, de su fracaso. <strong>La</strong> reflexión posterior se centró en <strong>la</strong> necesidad de tecnificar el funcionamiento de <strong>la</strong> Administración. Se llegó a asociar <strong>la</strong> modernidad con <strong>la</strong> tecnología, especialmente con aquel<strong>la</strong> que había sido suficientemente probada en los países de origen. <strong>La</strong> transferencia de tecnología administrativa acrítica fue una consecuencia perversa de <strong>la</strong> estrategia tecnificadora; tal es el caso del presupuesto por programas instrumentado a comienzos de los '60 en los Estados Unidos y replicado en muchos de los países de <strong>la</strong> región, entre otros muchos ejemplos. A principios de <strong>la</strong> década de los '70 se inicia una estrategia centrada en el recurso humano: era preciso incrementar <strong>la</strong> base de conocimientos del funcionario público con el fin de garantizar el éxito de <strong>la</strong> tecnificación administrativa emprendida pocos años antes. Es <strong>la</strong> época del auge de <strong>la</strong>s escue<strong>la</strong>s e institutos de capacitación de servidores públicos, con lejana (o cercana) referencia a <strong>la</strong> famosa Escue<strong>la</strong> <strong>Nacional</strong> de Administración (ENA) de Francia y sustentados en aprendizajes eminentemente cognitivos. El deterioro progresivo de <strong>la</strong>s administraciones públicas obligó a ampliar esa perspectiva hacia horizontes valorativos, ya que se sostuvo que el problema radicaba principalmente en <strong>la</strong>s actitudes de los funcionarios en torno al trabajo y a los usuarios. Sin embargo, no obstante el creciente y rico acervo de conocimientos e investigaciones que fueron desarrol<strong>la</strong>das alrededor del fenómeno de lo público, <strong>la</strong> Administración continuaba siendo percibida como un aparato ineficiente, rígido, sometido a intereses sectoriales, colonizado por los partidos políticos y carente de probidad. 43