"La Función Pública Nacional y la Integración Regional" - CEFIR

"La Función Pública Nacional y la Integración Regional"
política de la Unión Europea en los Países Bajos se asemeje más a una ‘lista de artículos que se desea
adquirir’ que a una estrategia, como se da en otros Estados miembros por ejemplo (cf. Verwey, 1990; Van
Schendelen, 1995). Consecuentemente, hay quienes han sugerido que se requiere un sistema más eficaz
de coordinación interministerial de políticas y que la necesidad de coordinación se contradice con la gran
autonomía de que gozan los ministerios. A pesar de lo anterior, no es de esperarse que haya mejores
mecanismos de coordinación interministerial a corto plazo porque esto exigiría que se modificaran
sustancialmente los procedimientos administrativos actuales, como ser los que respaldan la autonomía
ministerial. Es por eso que los intentos por revertir esta situación adversa han sido infructuosos hasta el
momento.
Como la responsabilidad por la política exterior de los Países Bajos, y en consecuencia su política europea,
recae sobre el Gabinete, el principio de autonomía administrativa cesa cuando la política europea llega a un
punto en el cual debe tomarse una decisión política a nivel del Consejo. El principio de la autonomía
ministerial por ende se aplica a la fase en la cual se elabora una propuesta, a nivel de la Comisión, y a
aquella en que funcionan los grupos de trabajo del Consejo. Las decisiones a nivel del Consejo son
responabilidad del Gabinete, mientras que la coordinación interministerial de las decisiones del Consejo
está en manos del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Formalmente, los actos de los funcionarios de la Representación Permanente en los grupos de trabajo
también son responsabilidad colectiva, y las instrucciones que se dan a los negociadores internacionales y
al COREPER, sólo pueden ser enviadas a través del Ministerio de Relaciones Exteriores. Oficialmente, los
funcionarios públicos que se desempeñan en la Representación Permanente dependen del Ministerio de
Relaciones Exteriores. Sin embargo, este ministerio no tiene ni el personal ni la pericia para participar en, ni
para hacer un seguimiento de la política europea. Deben crearse entonces otros mecanismos para realizar
la coordinación y para participar en la formulación de políticas a nivel europeo, como ser por ejemplo, que el
personal de la Representación Permanente se amplíe e incluya funcionarios públicos provenientes de otros
ministerios. En la práctica, estos funcionarios están en contacto a diario con sus ministerios y los ministerios
a veces recurren al personal de la Representación Permanente para eludir la coordinación que realiza el
Ministerio de Relaciones Exeriores. Además, la representación internacional en los grupos de trabajo del
Consejo con frecuencia no está a cargo de funcionarios de la Representación Permanente sino de expertos
de los ministerios desde la capital, La Haya. Por lo general, el Ministerio de Relaciones Exteriores
representa a los Países Bajos sólo cuando hay puntos más generales en el orden del día. Si bien estas
modalidades de funcionamiento han reducido la carga de trabajo que soporta el Ministerio de Relaciones
Exteriores y han provisto a las negociaciones sobre temas técnicos de la pericia requerida, a la vez implican
que la coordinación interministerial y la coherencia de las posiciones nacionales corren peligro.
3.2.2 Control parlamentario
Un segunda característica de la coordinación de la política europea en los Países Bajos es el limitado
control que puede ejercer el Parlamento (Van Schendelen, 1995; Bekkers et al., 1993; Wolters, ed., 1995).
Por tradición, los parlamentos nacionales han estado menos interesados en los asuntos exteriores que en
los de índole nacional. En lo que se refiere a la integración europea, el Parlamento tiene asimismo un
motivo adicional para interesarse menos por las políticas a este nivel. En los Países Bajos, la opinión
pública siempre estuvo a favor de la integración europea, por lo cual el objetivo de crear un mercado interior
no ha sido cuestionado.
El control externo incide significativamente en el diseño de la coordinación en una organización. La
ausencia de un incentivo fuerte, como podría ser el control por parte del Parlamento, hace que los
ministerios no presten el mismo grado de atención a la política europea que a la nacional. Si el Parlamento
se muestra poco interesado por los asuntos europeos, entonces los ministros también se ocupan menos de
ello. En consecuencia, los directores generales y los directores están menos propensos a respaldar la
orientación europea de los funcionarios. Paradójicamente, aunque los Países Bajos siempre han sido firmes
propulsores de la integración europea, los ministerios nunca se han ocupado mucho de los temas europeos.
En contraste, la forma en que los parlamentos británico y danés controlan la política europea asegura que
los ministerios en estos países hagan un seguimiento cuidadoso de las políticas europeas y que las
posiciones nacionales sean consideradas en el Parlamento, incluso en etapas muy tempranas del proceso
de toma de decisiones (Metcalfe y Zapico, eds, 1987; Pappas, ed., 1995).
3.2.3 Una posición de reacción ante la formulación de políticas a nivel europeo
Una última característica de la coordinación nacional de las políticas es el enfoque caracterizado como de
reacción ante las propuestas de la Comisión (Donner et al., 1991; Van Schendelen, 1995). A pesar del
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