"La Función Pública Nacional y la Integración Regional" - CEFIR

"La Función Pública Nacional y la Integración Regional"
Para bregar con la carga de trabajo y asegurarse que los procedimientos fluyen uniforme y eficientemente,
deberían haberse adoptado además nuevas pautas y procedimientos, como ser la adaptación de
mecanismos de coordinación burocrática. No obstante, como se aprecia en el párrafo anterior, se ha
avanzado poco en este sentido.
El presente análisis de las adaptaciones de los tres principales mecanismos de coordinación muestra que el
ministerio no ha adaptado sistemáticamente sus capacidades de coordinacón. Es por ello que la
persistencia de los problemas del ministerio con respecto a temas europeos puede atribuirse a
adaptaciones insuficientes en la gestión interna de sus políticas europeas. La conclusión de este estudio es,
por lo tanto, que a pesar de los avances logrados y de las inversiones que ha realizado el ministerio para
adaptar su organización, no ha sido capaz de mejorar el nivel de sus capacidades de coordinación lo
suficiente como para erradicar los problemas europeos. Parece que el impacto de la integración europea
sobre el trabajo del ministerio ha sido subestimado en tres aspectos. En primer lugar, las implicaciones de la
integración europea y la necesidad de adaptar la estructura del ministerio, es decir los tres mecanismos de
coordinación, han sido subestimados.
En segundo lugar, el proceso de ajuste se concentró en la descentralización. La perspectiva de la
coordinación, sin embargo, muestra que la descentralización no puede ser considerada como independiente
de la adaptación de la función en el núcleo. Este estudio, no obstante, ha demostrado que existe la
necesidad además de replantearse la posición de la cúpula en relación a estos tres mecanismos de
coordinación. En vista de la uniformización de los resultados, que apunta a dar mayor autonomía a las
direcciones generales en sus entornos europeos, la cúpula actualmente no cuenta con las capacidades
suficientes para supervisar los asuntos europeos ni para fijar objetivos, fomular estrategias, etc. Una división
con personal especializado en Europa parece entonces resultar necesaria. Desde una óptica burocrática, la
cúpula podría haber proporcionado nuevas pautas y creado nuevos procedimientos operativos. Además, los
mecanismos de coordinación horizontal exigen un nuevo grado de participación de la alta gerencia. Los
equipos, al igual que las funciones integradora y de vinculación gerencial, actualmente están débilmente
desarrollados o son inexistentes.
En tercer lugar, la gestión del proceso de cambios estructurales ha sido subestimada. La gestión de la
transición hacia formas de trabajo descentralizadas, hacia la construcción de nuevas estructuras y hacia
una mayor atención de los temas europeos exigen, en particular, un aporte sigificativo por parte de la
cúpula. El órgano llamado reunión del secretario general y los directores generales intervino en gran medida
para lanzar el proceso de cambio pero dejó que fueran los gerentes intermedios quienes pusieran en
práctica la decisión. Para construir nuevas estructuras, sin embargo, se requiere la intervención de la cúpula
para hacer un seguimiento de control de los avances, para crear un compromiso con respecto a los nuevos
procedimientos, para superar cuellos de botella, etc.
Debe hacerse un comentario final con respecto a la relación entre la coordinación intra e interministerial de
los asuntos relacionados con la Unión Europea. Hasta cierto punto, el sistema intraministerial vigente para
la coordinación de las políticas europeas está determinado por el régimen holandés de coordinación de las
políticas europeas. En este sentido es especialmente importante el énfasis en la coordinación
interministerial para la toma de decisiones a nivel del Consejo, así como el principio de autonomía
ministerial y la intervención limitada del Parlamento en lo referente a las políticas europeas, lo cual brinda
pocos incentivos para mejorar el nivel de las capacidades que requiere la formulación de políticas europeas.
Una consecuencia importante que se deriva de la semejanza entre las características del entorno
administrativo nacional y la coordinación intraministerial de las políticas europeas es que la mejora de la
calidad de las estructuras ministeriales y sus adaptaciones al nuevo entorno europeo probablemente
puedan mejorarse por medio de una cooperación estrecha entre los ministerios y en consulta, también
estrecha, con el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Oficina del Primer Ministro. Para lograr esto, sin
embargo, sería necesario romper significativamente con la tradición de autonomía ministerial de los Países
Bajos.
FIGURA 1: Estructura del Ministerio de Economía
NOTAS
1. El Acta Unica Europea de 1986 introdujo cambios sustanciales en el proceso de integración europea
que aceleraron los procedimientos para la toma de decisiones extendiendo el uso del voto por mayoría
calificada e introduciendo la fecha límite de ‘1992’. A su vez, el Tratado de la Unión Europea de 1991,
conocido como ’Maastricht’, reforzó la integración europea en áreas como ser la política regional, la
política ambiental, la política tecnológica así como la unión económica y monetaria.
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