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int encuentro 21-22 A - cubaencuentro.com

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Marifeli Pérez-Stable gran cosa, cierto, excepto que ahora en México el presidente es del pan. PeroFidel Castro no es Deng Xiaoping, ni el Partido Comunista, el pri.Perdurar ha sido, sin duda, un logro de las elites cubanas, pero solo en términosdel tajante poder que detentan. Así y todo, la reconstitución pudieraconvertirse en una victoria pírrica. Sin Fidel Castro, ¿hubieran admitido lamisma resistencia a las propuestas mencionadas? —Probablemente no. Ladesaparición física o mental de Castro requirirá que la cúpula gobernantehaga política de verdad —de la que negocia y pacta, no de la que están habituadosque impone y silencia—, y entonces el logro de los noventa pudieradestaparse <strong>com</strong>o un talón de Aquíles. No los está preparando bien para lo queineludiblemente encararán entre ellos mismos y frente a la ciudadanía.De poco sirve la insistencia oficial que la institucionalidad tramitará la sucesión.Puede que así sea temporalmente, pero a dicha institucionalidad hay queentre<strong>com</strong>illarla por su precariedad y por no haberse enfrentado aún con suprueba de fuego —más candente y delicada, por cierto, si el deterioro del<strong>com</strong>andante se acelerara sin un rápido devenir del velorio—. ¿Quién le pondríael cascabel al gato? Tarde o temprano, las elites políticas tendrán queregresar a las propuestas engavetadas. (Se dice, incluso, que ya se estándesempolvando.) La tozudez ante las reformas económicas y la empecinadaofensiva política de los últimos tiempos no constituyen una plataforma viablea largo plazo. Entonces habrá que ver si sabrán negociar y pactar entre ellosmismos sin que peligre su cohesión y, sobre todo, si podrán mantener suascendencia ante la ciudadanía sin modificar las reglas del juego.Aunque si de apostar se tratara, lo haría por la resistencia del régimenmientras viva su máximo líder; pudiera ser que, antes, los gobernantes sepasen de raya. Envalentonados por haber desafiado los pronósticos de suderrumbe y confiados de que la población los soportará <strong>com</strong>o hasta ahora,podrían ser víctimas de su propia política. Gobiernan <strong>com</strong>o si aún retuvieranel apoyo popular de antaño. ¿Habrán olvidado aquello de que las aparienciasengañan? Si bien es cierto que el cubano de a pie ha aguantado mucho, conmucha resignación y hondísima desesperanza, su aguante no tiene por quéser ilimitado. Los de abajo, <strong>com</strong>o los topos, tarde o temprano irrumpen en lasuperficie. Las movilizaciones in crescendo y el zumbido propagandístico de losúltimos tiempos podrían convertirse en un bumerán si exigieran más allá deese límite aún no fijado y que, posiblemente, no sea fácil de identificar por ladirigencia. Si así fuera, el actual régimen podría pasar a ser l’ancien régimeantes de lo esperado.158<strong>encuentro</strong>

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