10.07.2015 Views

int encuentro 21-22 A - cubaencuentro.com

int encuentro 21-22 A - cubaencuentro.com

int encuentro 21-22 A - cubaencuentro.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

uena letraSevero con Lezama. Pero el procedimientotiene sus límites. La provincia tiene sus límites.Lo peor que le está pasando a la literaturacubana, hoy, es el uso inútil, ñoño, delprovincianismo. Restringir a Lezama y a Piñeraa una lectura nacional tout court es partedel desastre nacional del cual su literatura essólo una mínima expresión. Imaginar unaprovincia <strong>com</strong>o salvación o utopía. Qué horror,diría Piñera, el provinciano irrepetible.4La posibilidad de contar una historia, sinembargo, sugiere la posibilidad de ser feliz.Nadie que no pretenda ser feliz, aunque seaen la oscuridad de su infelicidad, se dispondríaa contar una historia, a alzar su voz paraun auditorio. Tolstoi prefirió las formasbreves —La muerte de Iván Ilich, Amo y sirviente,El padre Sergio— para su tarea didácticacon la (in)felicidad. Se habla de Chéjov<strong>com</strong>o del gran cuentista ruso del xix, y seolvidan las terribles formas breves con queTolstoi trató de reconfortar a su auditorioimaginando las formas felices de la muerte yla desesperanza. Piñera eligió las formasbreves porque su fealdad y ridiculez eran lasformas de la felicidad. Sus cojos son felices.Portan sus muletas <strong>com</strong>o quien entra a la felicidaddando muletazos de alegría. Tambiénel infierno es el lugar de la posibilidad:«Ya en la vejez, el infierno se encuentra tana mano que lo aceptamos <strong>com</strong>o un mal necesarioy hasta dejamos ver nuestra ansiedadpor sufrirlo. Más tarde aún (y ahora sí estamosen sus llamas), mientras nos quemamos,empezamos a entrever que acaso podríamosaclimatarnos.» (El infierno). Si lanovela postula lo inconmensurable de la vida,<strong>com</strong>o quería Benjamin, el cuento no eslo contrario, <strong>com</strong>o podría suponerse: puesel cuento no le concede tregua al tiempo, elcuento no deja que se viva de él, el cuento,<strong>com</strong>o el poema, es la sublimidad absoluta,la abolición de cualquier distancia, incluidaslas vitales. Nadie puede vivir a la altura deun cuento, <strong>com</strong>o nadie puede vivir a la alturade un poema; y sin embargo, aunque sugesto estuviera marcado por la imposibilidadeterna de la empresa, se puede vivir entérminos de una novela.El cuento es lo inconmensurable en símismo. No tiene marco propicio para existir.Está condenado al fracaso <strong>com</strong>o géneroporque en un futuro será imposible pagaralgo por un cuento. La muerte de Ana Kareninapesa más que la muerte de Iván Ilichen el mercado literario de valores. Ambospertenecen a la literatura pero de modo dist<strong>int</strong>o.Los cuentos de Piñera —excepto doso tres, los más programáticos, los más perfectos,<strong>com</strong>o En el insomnio— no pertenecena la literatura. Solo en esto pueden parecernaturales. Como los de Macedonio Fernández,Ror Wolf, Felisberto Hernández, LezamaLima, Calvert Casey, Robert Walser, nopertenecen al Mercado Literario de Valores.Nadie puede vivir a la altura de esos cuentos.No sirven ni para el metro ni para la oficina.Ni para los suplementos dominicalesni para las lecturas escolares. No pertenecentanto al fracaso de la literatura <strong>com</strong>o al fracasode las vidas de aquellos que los escribieron.Y ese fracaso se huele cuando se leen.Robert Walser no puede contar unahistoria porque no hay historia que contar,porque la naturaleza, en sí misma, carece dehistoria que contar, y Robert Walser no esdist<strong>int</strong>o a la naturaleza. Alrededor de lamuerte de Iván Ilich ronda el propio fracasode Tolstoi. Ese cuento huele a chamusquina,es el pellejo del propio Tolstoi Ilich elque arde, el que suda su muerte, <strong>com</strong>o es elpropio Piñera el que se corta una nalga paraque todos <strong>com</strong>amos de ella.La literatura debe estar en otra parte, diceel lector asustado y huye de la barberíadonde le afeitan el pescuezo.5Un cuento de Piñera demora en ser leídoun tiempo medio de 6 minutos. Los más largos,<strong>com</strong>o El conflicto y El caramelo, unos 30minutos. En el insomnio, tomado por el reloj,unos 25 segundos. Pero por lo general unolo lee por segunda vez: entonces 1 minuto.1 minuto no es mucho tiempo.buena letra6En la literatura cubana hay varios antecedentesde Piñera: el poeta Zequeira, el novelistaMiguel de Marcos, algunas páginas de 267<strong>encuentro</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!