10.07.2015 Views

int encuentro 21-22 A - cubaencuentro.com

int encuentro 21-22 A - cubaencuentro.com

int encuentro 21-22 A - cubaencuentro.com

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

uena letrabuena letra266<strong>encuentro</strong>sión con Proust. Como confunden de la mismamanera a Lezama sus advenedizos, simulandoalgunas propiedades del hombre: lademasía verbal, la gordura o la insularidad.El poeta Antón Arrufat (un restauradorde Piñera) dice en su prólogo a los Cuentos<strong>com</strong>pletos de éste: «Es mediante el lenguajeque Piñera naturaliza sus ficciones. Pareceen esto seguir el consejo de Stevenson denarrar con inalterable naturalidad los másfantásticos argumentos.»¿Y quién dijo que Stevenson y Piñera narrancon inalterable naturalidad los más fantásticosargumentos? Dejemos esa naturalidada los escritores clásicos, que por otraparte no existen: no hay estilo perfectamentenatural. Ni Dante, ni Shakespeare ni Balzacson clásicos. Ya Chesterton, refiriéndosea Stevenson, <strong>com</strong>parándolo con Poe, habíadescrito su técnica <strong>com</strong>o pobre, débil, tensay activa. Y prosigue: «Si da la impresión deque sus palabras son elevadas, de que cuidasu estilo, es porque ante todo está muy despierto,muy vigilante... En resumen, las cosasque le gustaban eran casi siempre cosasverdaderas y, por regla general, se evidenciabanpor sí mismas bajo la luz del sol».A Piñera parece que le gustan las cosasverdaderas pero en realidad no es así: no legusta la verdad que hay bajo la luz del sol.La realidad, para Virgilio, es fea, y ridícula.Es fea y ridícula por naturaleza; por inclinación<strong>int</strong>rínseca de la naturaleza hacia el mal;fea y ridícula porque sí. Porque le da la gana,diría Piñera, eludiendo algún régimen ontológico<strong>com</strong>o respuesta; porque Piñera no sabepensar, para eso tiene a su hermano el Filósofo,Piñera Llera, para que piense. Elafeamiento y ridiculez de la realidad, paraPiñera, no proceden de la política. La políticano la haría más fea y ridícula de lo que es.Un cuento <strong>com</strong>o La carne puede ser leído deigual manera en cualquier escenario cubano:lo cursi cubano, en sí mismo, es tanto republicano<strong>com</strong>o totalitario. Tampoco las palabrasde Virgilio, en sus cuentos, sonpalabras elevadas, ni siquiera vigilantes. Enun mundo de fealdad y ridiculez total la vigilanciaes un gasto. Los feos personajes deStevenson siempre son salvados por detallesestimulantes que redondean su figura y laverdad especial que representan. Dice Chesterton:«Durante largo tiempo la muleta deJohn Silver se presenta en el preciso momentoy es casi demasiado verdadera paraser genuina». Demasiada verdad estropea laverdad de la literatura. Pero una verdad dichaa medias, esbozada, secreteada, marcael territorio de la literatura <strong>com</strong>o un perromarcaría el suyo sin pensar en las consecuenciasmorales de su gesto. Virgilio no narracon inalterable naturalidad. Virgilio orinaen su territorio, para que no entrenLezama, Guillén, Carpentier, los realistas cubanos,los otros, incluso los que hoy quierenpenetrar en su territorio sin saber lo quehan de perder <strong>com</strong>o <strong>int</strong>rusos. Virgilio es unprovinciano, <strong>com</strong>o lo era Macedonio Fernández,pero desprovisto, Virgilio, de argumentosontológicos siquiera para darnos literaturapor metafísica. Virgilio le tiratrompetillas a la metafísica y por eso parecenatural. Cuando un personaje de Virgilio sepresenta a escena, lo hace con muleta y nuncamás la abandona, de ahí que necesite pequeñosreductos literarios <strong>com</strong>o el cuento yel poema, y no espacios mayores <strong>com</strong>o la novela,donde sostener una muleta durantemucho tiempo puede costar caro. Virgilio escribemal porque es provinciano, vitalmenteprovinciano. No encajó ni en Sur, ni en Orígenes,ni totalmente en Gombrowicz por lasmismas razones que Reynaldo Arenas no encajóen ninguna parte, ni en la Habana ni enMiami. Su provincianismo les hizo escribirpáginas memorables dentro de la literaturaen castellano, y también les hizo escribir páginasdeplorables. Estaban partidos no tantopor el hermafrodismo <strong>com</strong>o por el provincianismo.Fueron escritores inconsistentes,necesariamente inconsistentes. Las peorespáginas de Arenas son las páginas en queimita los juegos de palabras de Cabrera Infante.No hay peor cosa que un escritor provincianoimite a otro escritor provinciano.Entonces sí se produce mala literatura. MientrasCabrera imitó a Joyce y a Nabokov todofue bien (más o menos bien, leyó «mal» aJoyce y a Nabokov y uno se ríe, un poco, conel tropiezo), pues un escritor provinciano explotacon sabiduría la lengua de un hombrede letras, <strong>com</strong>o hizo Lezama con Góngora y

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!